Cuellar,
Segovia. Nuestra Señora del Henar
Nuestra Señora de El Henar o
Virgen de El Henar es una imagen mariana que se venera en el Santuario de
Nuestra Señora de El Henar, ubicado a 5km de la villa de Cuéllar, provincia de
Segovia, a la cual pertenece. Debe su nombre al topónimo henar, que significa
lugar poblado de heno, y celebra su fiesta el domingo más cercano a San Mateo
(21 de septiembre) con una multitudinaria romería.
A pesar de que la leyenda
cuenta que fue traída desde Tierra Santa por San Jeroteo, primer obispo de
Segovia, se trata de una talla del siglo XII y por lo tanto pertenece al
románico.
Fue coronada canónicamente en
1972 y el pontífice Pío XII la proclamó en 1958 patrona de los resineros de
España. Posee la Medalla de Oro de la provincia de Segovia desde 1972 y el
bastón de alcaldesa mayor de Cuéllar, cargo que goza de forma perpetua. También
es patrona de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar.
La imagen preside el altar
mayor de su Santuario, y tiene unas medidas de 80cm de alto, 30cm de ancho y
20cm de grosor; está realizada en madera de nogal y carece de espalda, pues en
su origen estaba adosada al muro.
Se trata de una imagen de tipo
hierático, de imitación bizantina siguiendo el patrón de virgen sedente, Trono
de Sabiduría, que muestra con serenidad y dulzura a su hijo entre sus piernas,
sostenido en sus manos. Está representada sentada en una silla o arqueta, con
un porte rígido y grave y de rasgos primitivos o elementales.
Su rostro, de especial belleza
y más bien oscuro, por el que ha merecido el sobrenombre de “La Morenita”. El
ropaje, de pliegues rectos, está decorado con policromía azul y roja, y el
manto cae simétrico al cuerpo, cubriendo los brazos que apoya sobre sus
rodillas. El Niño, de sorprendente parecido con la madre, posa en actitud de
bendecir, al estilo de los Pantocrátor, con su mano derecha, mientras que con
la izquierda sostiene un libro, y se ciñe a una especie de toga que le envuelve
y cae sobre su hombre izquierdo. Madre e hijo forman un conjunto armonioso,
teniendo en cuenta las desproporciones habituales de la época. La imagen se
presenta sobre una peana decorada con ángeles en relieve que simulan sujetar a
la Virgen.
Adaptándose a las modas, fue
vestida con amplios ropajes en el siglo XVIII, para lo cual le fueron mutiladas
algunas partes secundarias, y se le añadieron unas manos postizas, creando así
una imagen de caballete. A comienzos del año 1969 y con vistas a su coronación,
fue completamente restaurada por el artista segoviano Ángel García Ayuso, que
eliminó los elementos añadidos en el siglo XVIII y recuperó las partes
mutiladas, siendo presentada nuevamente al público el 25 de marzo del mismo
año.