¡Oh María! ¡Haced que por vuestra mediación podamos acercarnos a vuestro Divino Hijo! |
A Vos, ¡oh Reina del universo,
dirigimos nuestras suplicantes miradas! Somos culpables de muchos pecados y
tenemos que comparecer delante de nuestro Supremo Juez. ¿Quién le aplacará?
Solo Vos, ¡oh bienaventurada Virgen!, solo Vos que le amáis tanto y que sois de
Él tan amada ¡Dignaos Santa Madre escuchar nuestros suspiros y nuestras
súplicas! ¡Madre de misericordia, nosotros imploramos vuestra protección!
Calmad la indignación de vuestro Hijo; haced que volvamos a su divina gracia.
Vos no aborrecéis al pecador, cualquiera que sea su crimen, con tal que
arrepentido implore vuestra intercesión. Dignaos tendernos vuestra mano y
reconciliarnos con nuestro Juez. Así sea.
San Bernardo