Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

viernes, 27 de julio de 2012

MILAGROS DEL SANTO ESCAPULARIO DEL CARMEN



CASTIGO EJEMPLAR

Ha sido táctica secular de los herejes protestantes ridiculizar las prácticas de devoción de los católicos, sobre todo las relacionadas con la Santísima Virgen. Pero, mal que les pese, Ella ha sido siempre la que quebranta con su huella inmaculada todas las herejías, como canta la Iglesia.

Una sacrílega parodia que hicieron los protestantes el año 1923, en la ciudad de Añasco, en la isla de Puerto Rico, es buena prueba de la popularidad inmensa que había alcanzado y que goza afortunadamente la devoción al Santo Escapulario de nuestra Madre del Carmen, que no en vano desfilaron por la isla apóstoles de la devoción a nuestra dulce Madre, tales como los padres Elías Sendra, Espiridión María Cabrera y el fervoroso y santo apóstol P. Elías Besalduch, y no menos lo es en la actualidad el benemérito Carmelita padre José Sánchez. Tratose, pues, de ridiculizar por los protestantes tal devoción como una de las de más honda raigambre entre los católicos.

El relato del caso es del Rvdo. P. Pedro de Arancibia, agustino, natural de abadiano, residente por aquellas fechas en Puerto Rico. El hecho tuvo lugar en la ciudad de Añasco, el día 24 de diciembre del mencionado año de 1923.

Celebraban, dice el P. Arancibia, los protestantes una velada, intentando ridiculizar nuestras devociones y hacer burla y chacota del clero católico. En la tal velada tomaban parte una joven de apellido Domínguez, que desempeñaba el papel de princesa. Un joven, Pietri, hacía de sacerdote católico. Pietri exigió dinero a la joven Domínguez. A la negativa de ésta, el cura Pietri, montando en cólera, insultó violentamente a la princesa, diciéndola: “Te vas a condenar, eres mala católica”. La joven Domínguez, para demostrar su catolicidad religiosa, muéstrale un Escapulario de la Virgen del Carmen que pendía de su cuello. El iracundo y frenético cura se lo arrebata de las manos, diciendo: “Esto es una tontería, una por…” levantando el brazo en actitud de arrojar al suelo el bendito Escapulario.

Pero Jesús, que suele tolerar con más paciencia los agravios inferidos a su persona adorable, suele hacer sentir su mano justiciera sobre los que se atreven a injuriar a su Santísima Madre.

En el presente caso no quiso que se profanara el honor de María y quedase en ridículo la devoción predilecta del pueblo católico de Puerto Rico. El brazo que se levantara para arrojar el Santo Escapulario del Carmen, como herido por un rayo, queda inmóvil. El joven Pietri queda idiota; no sabe ni puede responder a los que, estupefactos, le preguntan qué le pasa. El que entró en la velada rebosante de salud y alegría, sale a hombros de sus amigos, paralítico, idiota y enfermo.

Los protestantes hubiesen querido ocultar el espantoso suceso, mas, por fortuna, había en la velada, también, algunos católicos, que pusieron inmediatamente en conocimiento de su párroco todo lo sucedido, el cual refirió lo ocurrido para edificación de sus feligreses, en las fiestas del día de Reyes, y en la de San Antonio Abad, patrón de la parroquia, escuchándole emocionados todos los fieles que asistían a la Santa Misa, en los que se aumentó más y más el fervor y la devoción hacia el bendito Escapulario de María Santísima del Carmen, siendo centenares los que le recibieron este último día.

 Milagros y Prodigios del Santo Escapulario del Carmen
por el P. Fr. Juan Fernández Martín, O. C..D.

domingo, 22 de julio de 2012

PROTECCIÓN MATERNAL DEL ESCAPULARIO

Imagen de Ntra. Sra. del Carmen Santos Mártires de Málaga, talla anónima del siglo XVIII, restaurada en el año 2000 por el imaginero Francisco Romero Zafra. Se le incorporó el niño de nueva manufactura.

 
Por su profundo simbolismo mariano, por los grandes privilegios y por el gran amor y especial asistencia, que ha manifestado a través de los siglos la Santísima Virgen del Carmen a quienes visten devotamente su escapulario, es por lo que tan prodigiosamente se ha extendido por doquier esta piadosa devoción de vestir su escapulario.

He aquí las razones del valor espiritual de la devoción del Santo Escapulario:

Sobre todo por su rico simbolismo: Ser hijo de María, ver en él todas las virtudes de María, ser símbolo de nuestra consagración filial a la Madre Amable.

Por morir en gracia de Dios, quien lo vista piadosamente.

Porque saldrá del Purgatorio cuanto antes quien muera devotamente con él.

Por llegar su protección a todos los momentos de la vida, a la muerte y aún más allá. “En la vida protejo; en la muerte ayudo, después de la muerte salvo”, son sus credenciales.

Por los innumerables prodigios que ha obrado.

Por las relaciones con sus apariciones más recientes en Lourdes y Fátima.

Por las muchas indulgencias que disfrutan quienes visten este escapulario.
 

miércoles, 18 de julio de 2012

MILAGROS DEL SANTO ESCAPULARIO DEL CARMEN

RESPETAN LOS DEMONIOS UN CUERPO MUERTO PORQUE
TENÍA EL ESCAPULARIO

El Rvdo. P. Mtro. Fr. Pablo de la Cruz nos dice: “Había en cierta ciudad de Italia una doncella, recatadísima en extremo, hasta el punto de que abstraída y ajena por completo a aquellas lícitas diversiones propias de sus años juveniles, sólo era dada y estaba de lleno entregada a piadosos y santos ejercicios, tanto que podía servir de edificación y ejemplo a la religiosa más austera y penitente. Llena estaba toda la ciudad de la gloriosa fama de su virtud y edificantes obras este fue el origen de su perdición, pues el aire de la vanidad empezó poco a poco a marchitar el candor de sus virtudes, amortiguando el fervor de su caridad. Ya que el demonio la encontró tibia en la devoción, valiese de un apuesto y arrogante mancebo algo pariente suyo, que, sin la menor nota de escándalo, la empezó a cortejar y visitar con harta frecuencia, sin que pasaran de ahí.

“No se recató al principio de estas demostraciones cariñosas que permite hasta ciertos límites honestos el próximo parentesco, y en breve se despeñó en horrendo precipicio, perdiendo en un punto su virginal pureza. ¡Oh el daño que suele acarrear un leve descuido en los principios, aun de las amistades santas!

“Apagose a poco tiempo en su corazón el inmundo fuego del deleite, quedando en su corazón tan solo las frías cenizas de la culpa; pero mirábalas con tal horror, que su triste memoria aun a sí misma, la causaba encogimiento y vergüenza; ésta le selló la boca para no confesar sus culpas y comulgar sin confesarlas.

“Remordiale enormemente la conciencia para que las confesase, mas podía más en ella el maldito respeto humano y un mal entendido sonrojo y vergüenza que el dolor y la verdadera contrición de sus culpas para confesarlas y salir de tan lastimoso y detestable estado de miseria y abyección. Así estuvo luchando y celando u ocultando su pecado y acercándose a comulgar por espacio de algún tiempo con el alma afeada y manchada por la culpa grave; mas, a la tercera vez que comulgara sacrílegamente, le sobrevino repentinamente un accidente mortal del que no pudieron sacarla ni las más solícitas atenciones de los doctores más afamados de la comarca; sólo puedo decir a su buena madre que la enterrasen en el convento del Carmen y amortajada con el hábito de nuestra Madre.

“¡Oh miserable desdichada! ¡Oh ejemplo pavoroso de la Divina Justicia! Quedó su rostro tan hermoso y resplandeciente, que el mirarla causaba extraordinaria admiración, calificándose por esto, en juicio de los hombres, su virtud y santidad, porque así era tenida en el concepto de todos.

“Concurrieron todos con grandísima admiración y respeto a su entierro; mas a la siguiente noche, apareciéndose dos ángeles a su confesor le llevaron en su compañía hasta la iglesia donde se hallaba sepultada. Ya en ella condujéronle a la sacristía e hicieron se revistiese de los ornamentos sacerdotales, cual si fuese a celebrar, y luego que estuvo revestido, tomando uno de ellos la llave del Sagrario y acompañándole hasta el altar, le ordenaron que tomase en sus manos el copón y les siguiese. Alumbrándole con dos hachas encendidas, lleváronle a la sepultura de la infeliz doncella, la cual se hallaba arrodillada esperándoles sobre la losa de la sepultura, y tan radiante de belleza como en el instante de enterrarla. Dijeron los ángeles al confesor aplicase el borde del copón a la boca de la difunta doncella y dándole uno de ellos un suave golpecito en la espalda, cayeron de su boca, intactas, las tres formas que recibiera la desgracia sacrílegamente.

“Apagose con esto el resplandor de su rostro, pero no se eclipsó su hermosura, ya que aún causaba embeleso el contemplarla.

“Llevadas con gran reverencia las sagradas formas al tabernáculo, volvieron nuevamente los ángeles con el confesor al lugar donde yacía de hinojos el hermoso cadáver y ordenaron al sacerdote que le quitase el Santo Escapulario; hízolo así el sacerdote y al mismo punto la que parecía ángel en la hermosura trocose en un monstruo que horrorizaba cual si fuese demonio, y solamente ellos pudieron solicitar su espantosa y abominable compañía; de ahí que viniendo éstos con gran algazara y aullidos espantosos asieron el cadáver sepultándole en los abismos del infierno, para que el que había acompañado al alma en la culpa, la acompañase también eternamente en la pena.”

Pidámosle a nuestra amorosa Madre nos aproveche y sirva de saludable ejemplo tan espantoso caso, y demos a la Santísima Virgen infinitas gracias por conservarnos en la gracia y amistad de su amantísimo Hijo, nuestro Redentor.

Milagros y Prodigios del Santo Escapulario del Carmen
por el P. Fr. Juan Fernández Martín, O.C..D.

lunes, 16 de julio de 2012

DIE 16 IULII, B. MARIAE VIRG. DE MONTE CARMELO

Diffúsa est grátia in lábiis tuis
Proptérea benedíxit te Deus in eternum

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN

¡Oh María, Reina y Madre del Carmelo!
Acudo a tus plantas a consagrarme a Ti, pues
toda mi vida es poco para pagarte las muchas
gracias y bendiciones que Dios me ha
concedido por tus manos.

Porque miras con ojos de especial benevolencia
a los que visten tu Escapulario, te ruego
que con tu fortaleza sostengas mi fragilidad y
aumentes en mi la fe, esperanza y caridad a fin
de que pueda rendirte el humilde obsequio de
mi servicio.

El santo Escapulario me sea prenda de
especial protección en la lucha cotidiana para
que persevere en la fidelidad a tu Hijo y a Ti.
Que él me recuerde constantemente le necesidad
de contemplarte y revestirme de tus virtudes.

Desde ahora prometo esforzarme en vivir
unido a tu espíritu y ofrecerlo todo a 
Jesús por tus manos, y convertir mi vida en espejo
de tu humildad, caridad, paciencia, mansedumbre 
y espíritu de oración.

¡Oh Madre amantísima! Sosténme con
tu amor indefectible para que yo, indigno pecador, 
pueda un día cambiar tu Escapulario 
por el "vestido de bodas" y habitar contigo en
el reino de tu Hijo. Amén (Pío XII en 1950)

lunes, 9 de julio de 2012

MES DE JULIO, MES DE LA FLOR DEL CARMELO


Hermosura del Carmelo. Si; es hermoso el Carmelo coronado de verdores y lozanía. Pero, ¿no eres más hermosa Tú, Virgen y Señora del Carmelo, llena de gracia, virtudes y méritos? No la belleza que se marchita; sino la de tu alma es la que nosotros queremos y procuramos que adorne las almas nuestras.

Carmen es vergel. Y vergel es un jardín o huerto escalonado, Reina del Carmelo. Tú veías gozosa a tu Divino Jesús creciendo en sabiduría, en estatura, en gracia, ante Dios y ante los hombres. ¿Nos ves a nosotros crecer de virtud en virtud, escalando excelsas cumbres carmelitas?

domingo, 1 de julio de 2012

MES DE JULIO, MES DE LA FLOR DEL CARMELO

¡Cómo gozamos tus hijos, Madre Bendita, contemplándote la más hermosa Flor del Carmelo! No nos falte tu ayuda para que, como Tú, con los matices de las virtudes y los aromas del buen ejemplo, deleitando y alentando a nuestros hermanos, agrademos siempre a nuestro Padre, Dios.

Madre y Señora del Carmen, que nuestros pensamientos y los anhelos de nuestro corazón sean siempre como los tuyos cuando escuchabas y meditabas las palabras y los ejemplos de tu Divino Hijo.