¿Y a quién he de acudir yo
sino a Ti, que eres el alivio de los miserables, el refugio de los
desamparados, el consuelo de los afligidos? ¡Ah, sí; lo confieso: abrumada
miserablemente mi alma bajo el enorme peso de las culpas, no merece más que el
infierno y es indigna de recibir tus favores! Mas, ¿no eres Tú la esperanza de
quién desespera, la poderosa Medianera entre Dios y el hombre, la Abogada ante
el trono del Altísimo, el Refugio de los pecadores? ¡Ah, basta que digas una
sola palabra en mi favor a tu divino Hijo, para que Él te escuche! Pídele,
pues, ¡oh Madre!, la gracia que tanto necesito… (se pide la gracia que se
desea). Sólo Tú puedes obtenérmela. Tú que eres mi única esperanza, mi
consuelo, mi alegría, mi vida. Así lo espero, así sea, mientras de todo corazón
te saludo e invoco por mi Soberana y por Reina del Santísimo Rosario… Salve
Regína, Mater misericodiae...
Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!
sábado, 27 de octubre de 2018
miércoles, 24 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 5º MISTERIO GLORIOSO
LA
CORONACIÓN DE NUESTRA MADRE COMO REINA DE TODO LO CREADO
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
LA CORONACIÓN DE
NUESTRA MADRE COMO REINA DE TODO LO CREADO
¡Oh gloriosa Madre!, Virgen
María, medito ahora el Misterio de tu Coronación en los cielos. Cuando llegaste
a los cielos te pusieron tres Coronas. Dios Padre te Coronó como Reina del
Cielo; el Dios Hijo te Coronó como la más amada de entre todas las criaturas y
de entre todas las mujeres y el Espíritu Santo te Coronó como su Esposa
Inmaculada; la más perfecta adoradora de la Beatísima Trinidad, ruega por
nuestra causa como nuestra más poderosa y misericordiosa Madre.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi
petición para poseer la virtud de Unirme Contigo y reverentemente deposito a
sus plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María! ¡Reina del Santo Rosario!
Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de Rosas blancas
flores en memoria de tus alegrías, fruto de los sufrimientos de tu Hijo Divino,
cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para
una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden! Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas, ofrendas, recibe, asimismo mis peticiones; de tus misericordias
espero la gracia y favores que con confianza te pido.
martes, 23 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 5º MISTERIO DOLOROSO
LA
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR
Consummatum est! |
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
LA CRUCIFIXIÓN Y
MUERTE DEL SEÑOR
¡Oh afligida Madre!, Virgen
María, medito ahora el Misterio de la Crucifixión. Después de despojarle a tu
Divino Hijo de sus sagradas vestiduras, le clavaron en la Cruz donde expiró
después de tres horas de agonía, y durante este tiempo, oraba ante su Padre
implorando perdón para sus enemigos.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de
Amar a mis Enemigos y reverentemente deposito a tus plantas estas flores
espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario!
¡Madre mía, salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona
de, flores. Rosas de color rojo, en memoria de los dolores que sufriste junto a
tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con
una petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos,
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas recibe, asimismo, mis peticiones; de tus misericordias
espero la gracia y favores que con confianza te pido.
lunes, 22 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 5º MISTERIO GOZOSO
LA
PÉRDIDA DEL NIÑO JESÚS
Quid est quod me quaerebatis? nesciebatis quia in his quae Patris mei sunt, oportet me esse? |
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
LA PÉRDIDA DEL
NIÑO JESÚS
¡Dulce Virgen María!, medito
ahora el Misterio del Niño Jesús hallado en el Templo. Después de buscarle por
tres días, tu Corazón apenado, se llenó entonces de alegría al hallarle en el Templo
donde estaba discutiendo con los Doctores de la ley, y cuando vistes que Jesús,
obediente, regresó al hogar contigo.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi
petición para poseer la virtud de la Conformidad con la Voluntad de Dios y
reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario,
Madre mía!, ¡Salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una
corona de Rosas blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará
un misterio, cada diez flores van con mi petición de una bendición.
¡Oh Excelsa Reina, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti claman! Vos no podéis mirar mis ofrendas sin atender a mis súplicas. Recibe mi ofrenda y recibe también mi agradecimiento; por tu bondad, dame la ayuda que confiado espero en Ti.
¡Oh Excelsa Reina, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti claman! Vos no podéis mirar mis ofrendas sin atender a mis súplicas. Recibe mi ofrenda y recibe también mi agradecimiento; por tu bondad, dame la ayuda que confiado espero en Ti.
sábado, 20 de octubre de 2018
A TI MADRE DEL ROSARIO
¡Madre mía! ¡Madre querida! ¡Madre bella!... ¡Madre dulcísima, ayúdame! ¡Madre y Reina del Santo Rosario! |
¡Ay!... el oír que tantos han
sido colmados de favores sólo porque a Ti acudieron con fe, me infunde nuevo
aliento y valor para llamarte en mi socorro. Tú prometiste a Santo Domingo que
el que deseara gracias las obtendría con tu Rosario; y yo con el Rosario en la
mano, te llamo, ¡oh Madre!, al cumplimiento de tus maternales promesas. Aún
más: Tú misma, ¡oh Madre!, has obrado continuos prodigios para excitar a tus
hijos. Tú, pues, quieres enjugar nuestras lágrimas y aliviar nuestros afanes; y
yo con el corazón en los labios, con fe viva te llamo e invoco: ¡Madre mía!
¡Madre querida! ¡Madre bella!... ¡Madre dulcísima, ayúdame! ¡Madre y Reina del
Santo Rosario!, no tardes más en tender hacía mí tu poderosa mano y salvarme; porque
la tardanza, como ves, me llevaría a la ruina, mientras de todo corazón te
saludo e invoco por mi Soberana y por Reina del Santísimo Rosario… Salve
Regína, Mater misericodiae...
miércoles, 17 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 4º MISTERIO GLORIOSO
LA
ASUNCIÓN DE NUESTRA MADRE A LOS CIELOS
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
LA ASUNCIÓN DE
NUESTRA MADRE A LOS CIELOS
¡Oh gloriosa Madre, Virgen
María!, medito ahora el Misterio de tu Asunción a los Cielos, cuando con el
intenso deseo de unirte a tu Divino Hijo en los cielos, tu alma, separándose
del cuerpo; subió hasta su Dios quién por el amor infinito que tenía a su Madre
cuyo virginal cuerpo fue su primer Tabernáculo en la tierra, lo llevó a los
cielos y allí en medio de los Ángeles y Santos, lo unió a tu alma bendita.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la
virtud de Unirme a Jesús en pensamientos y en sentimientos y reverentemente
deposito a tus plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María! ¡Reina del Santo Rosario!
Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de Rosas blancas
flores en memoria de tus alegrías, fruto de los sufrimientos de tu Hijo Divino,
cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para
una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden! Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas, ofrendas, recibe, asimismo mis peticiones; de tus misericordias
espero la gracia y favores que con confianza te pido.
martes, 16 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 4º MISTERIO DOLOROSO
EL
CAMINO AL CALVARIO
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
EL CAMINO AL
CALVARIO
¡Oh afligida Madre, Virgen
María!, medito ahora el Misterio de la Cruz a cuestas, que es cuando tu Divino
Hijo cargando sobre sus hombros la pesada Cruz, débil pero sufrido, entre los
desprecios de las turbas y no obstante haber caído en tierra repetidas veces,
llegó hasta el Calvario con sus verdugos.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi
petición para poseer la virtud de la Paciencia en la Adversidad y
reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario!
¡Madre mía, salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona
de, flores. Rosas de color rojo, en memoria de los dolores que sufriste junto a
tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con
una petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos,
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas recibe, asimismo, mis peticiones; de tus misericordias
espero la gracia y favores que con confianza te pido.
lunes, 15 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 4º MISTERIO GOZOSO
LA
PRESENTACIÓN
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario! ¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y demuestra que eres mi Madre.
LA PRESENTACIÓN
¡Dulce Virgen María!, medito ahora el Misterio de la Presentación. Obediente a la ley de Moisés fuiste al Templo de Jerusalén, donde las primeras gotas de la sangre preciosa fueron derramadas, y donde el Profeta Simeón, teniendo en sus brazos al Divino Niño, dio gracias al Padre por haber tenido ya la dicha de ver al Salvador.
Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas, mi petición para poseer la virtud de la Pureza y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario,
Madre mía!, ¡Salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una
corona de Rosas blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará
un misterio, cada diez flores van con mi petición de una bendición.
¡Oh Excelsa Reina,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti claman! Vos
no podéis mirar mis ofrendas sin atender a mis súplicas. Recibe mi ofrenda y
recibe también mi agradecimiento; por tu bondad, dame la ayuda que confiado
espero en Ti.
sábado, 13 de octubre de 2018
A TI MADRE DEL ROSARIO
¡Oh Santo Rosario de mi Madre, te estrecho contra mi pecho y con reverencia te beso! |
Mi alma rendida al pie de tu Trono,
¡oh grande y gloriosa Señora!, te venera entre los gemidos y angustias que
sobremanera la oprimen. En medio de las penas y agitaciones en que me hallo,
levanto confiado los ojos hacia Ti, que te dignaste elegir para tu morada las
campiñas de pobres y desamparados labriegos. ¡Oh! apiádate de esta alma que
yace aletargada bajo el polvo y las sombras de la muerte ¡Ten piedad de mí!,
¡oh Señora!; ten piedad de mí que me hallo abrumado de miserias y humillaciones.
Tú que eres exterminio de los demonios defiéndeme de los enemigos que me
asedian. Tú que eres el Auxilio de los cristianos, sácame de las tribulaciones
en que me hallo sumido. Tú que eres nuestra vida, triunfa de la muerte que
amenaza mi alma en los peligros a que se halla expuesta. Devuélveme la paz, la
tranquilidad, el amor, la salud, mientras de todo corazón te saludo e invoco
por mi Soberana y por Reina del Santísimo Rosario… Salve Regína, Mater
misericodiae...
jueves, 11 de octubre de 2018
11 DE OCTUBRE, MATERNIDAD DIVINA DE NUESTRA MADRE MARÍA
"Esta maternidad; nunca llegaremos a sondear toda su profunda y altísima magnificencia" |
En este instante, -la
Anunciación-, queda María convertida en verdadera Madre de Dios. Dignidad
altísima y maravillosa. Es infinita, porque infinita es la dignidad de su Hijo.
Es un parentesco real y físico con el Hijo de Dios. Desde este momento, Dios
está en María no en imagen, no con su gracia, sino con su persona misma Divina.
Hay entre Dios y María una verdadera identidad en cuanto que la carne y sangre
de su Hijo, son carne y sangre de María.
Es la unión más íntima y
sublime que puede darse entre una criatura y Dios. Por ella María, al ser Madre
de Dios, adquiere la más alta autoridad, la autoridad de mandar a su Hijo;
adquiere el más alto privilegio, el de un derecho especial al amor de su Hijo y
a recibir de Él todos los bienes de gracia y de gloria con el poder de
comunicarlo a los demás.
En esta maternidad divina se
funda la verdad de que Ella es nuestra Mediadora y una Mediadora omnipotente,
porque participa por la gracia de la omnipotencia que Dios tiene por naturaleza
y, además, es por esta maternidad la dispensadora de todas de todas las
gracias, ya que se ve claramente que Dios no quiere comunicarse a los hombres
directamente, sino por medio de María, como lo hizo en la Encarnación.
Magnífica, sublime y divina
esta maternidad; nunca llegaremos a sondear toda su profunda y altísima
magnificencia. Dios puede crear más mundos, más Ángeles, otros seres
infinitamente más perfectos, pero no puede hacer una Madre mayor que la Madre
de Dios.
miércoles, 10 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 3º MISTERIO GLORIOSO
LA
VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
LA VENIDA DEL
ESPÍRITU SANTO
¡Oh gloriosa Madre, Virgen
María!, medito ahora el Misterio de la Venida del Espíritu Santo, cuando los
Apóstoles reunidos contigo en una casa en Jerusalén, descendió el Espíritu
Santo en formas de lenguas de fuego, inflamando los corazones de los apóstoles con
el Divino Amor, infundiéndoles la sabiduría, dándoles el don de poseer todos
los lenguajes, y llenándote con la plenitud de Su Gracia, te inspiró para que
oraras por los apóstoles y los primeros Cristianos.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi
petición para poseer la virtud de la Caridad y reverentemente deposito a tus
plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María! ¡Reina del Santo Rosario!
Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de Rosas blancas
flores en memoria de tus alegrías, fruto de los sufrimientos de tu Hijo Divino,
cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para
una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden! Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas, ofrendas, recibe, asimismo mis peticiones; de tus misericordias
espero la gracia y favores que con confianza te pido.
martes, 9 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 3º MISTERIO DOLOROSO
LA
CORONACIÓN DE ESPINAS
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
LA CORONACIÓN DE
ESPINAS
¡Oh afligida Madre, Virgen
María!, medito ahora el Misterio de la Corona de Espinas de Nuestro Señor. La
soldadesca buscó agudas espinas y tejiendo con ellas una corona la ciñeron
sobre las sienes de Nuestro Señor. No terminó aquí la crueldad. Volvieron a azotarle
y a golpearle para que las espinas penetraran e hirieran cada vez más su
Bendita Cabeza. Luego, en medio de las mofas y burlas despiadadas, los sicarios
se arrodillaban ante el Señor vociferando:
¡Salve, Rey de los Judíos!
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi
petición para poseer la virtud de la Humildad y reverentemente deposito a tus
plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario!
¡Madre mía, salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona
de, flores. Rosas de color rojo, en memoria de los dolores que sufriste junto a
tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con
una petición para una gracia particular.
lunes, 8 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 3º MISTERIO GOZOSO
EL
NACIMIENTO
Gloria in excelsis Deo: et in terra pax hominibus bonæ voluntatis |
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
EL NACIMIENTO
¡Dulce Madre María!, meditando
en el Misterio de la Natividad de Nuestro Señor, que es cuando llegado el
tiempo, ¡Oh Santa Virgen!, nació el Redentor del mundo, en un pesebre en Belén,
mientras los Ángeles llenaban los cielos con el cántico, "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de
buena voluntad".
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi
petición, para poseer la virtud de Apartarme de las cosas del mundo y
reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario,
Madre mía!, ¡Salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una
corona de Rosas blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará
un misterio, cada diez flores van con mi petición de una bendición.
¡Oh Excelsa Reina,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti claman! Vos no
podéis mirar mis ofrendas sin atender a mis súplicas. Recibe mi ofrenda y
recibe también mi agradecimiento; por tu bondad, dame la ayuda que confiado
espero en Ti.
domingo, 7 de octubre de 2018
A TI MADRE DEL ROSARIO
"En estos tiempos en que, apagada la fe en las almas, domina la impiedad, has querido levantar tu trono de Reina y Madre! |
¡Oh Virgen Inmaculada y Reina
del Santo Rosario! en estos tiempos en que, apagada la fe en las almas, domina
la impiedad, has querido levantar tu trono de Reina y Madre sobre la antigua
Pompeya, morada de muertos paganos y desde aquel lugar, donde eran adorados los
ídolos y demonios, Tú hoy, cual Madre de la divina gracia, derramas por
doquiera los tesoros de las celestiales misericordias; ¡ah! desde aquel trono
donde reinas vuelve, también a mí, ¡oh María!, esos tus ojos benignos, y ten
piedad de mí, que tanto necesito de tu socorro. Muéstrate también conmigo cual
te mostraste con tantos otros, verdadera Madre de misericordia, "Monstra
te esse Matrem", mientras de todo corazón te saludo e invoco por mi
Soberana y por Reina del Santísimo Rosario… Salve Regína, Mater misericodiae...
sábado, 6 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 2º MISTERIO GLORIOSO
LA ASCENSIÓN
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
LA ASCENSIÓN
¡Oh gloriosa Madre, Virgen
María!, medito ahora el Misterio de la Ascensión que es cuando, cuarenta días
después de su Resurrección, fue al monte Olivo acompañado de Ti y de sus
Discípulos quienes le adoraron por última vez, prometiéndole Él que estaría con
ellos hasta la consumación de los siglos. Entonces, extendiendo sus manos sobre
sus discípulos, y después de bendecirles, a la vista de todos, subió a los
cielos.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi
petición para poseer la virtud de la Esperanza y reverentemente deposito a tus
plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María! ¡Reina del Santo
Rosario! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de Rosas
blancas flores en memoria de tus alegrías, fruto de los sufrimientos de tu Hijo
Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una
petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden! Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas, ofrendas, recibe, asimismo mis peticiones; de tus misericordias
espero la gracia y favores que con confianza te pido.
viernes, 5 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 2º MISTERIO DOLOROSO
LA
FLAGELACIÓN
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
LA FLAGELACIÓN
¡Oh afligida Madre, Virgen
María!, medito ahora el misterio de la flagelación de Nuestro Señor.
Obedeciendo las órdenes de Pilatos, los sicarios arrancaron las vestiduras de
tu Hijo, le ataron a la columna infligiéndole crueles azotes de la cabeza a los
pies, lacerando así todo su bendito cuerpo hasta dejarle completamente débil.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi
petición para poseer la virtud del Sufrimiento y reverentemente deposito a tus
plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario! ¡Madre mía, salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de, flores. Rosas de color rojo, en memoria de los dolores que sufriste junto a tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos, no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas recibe, asimismo, mis peticiones; de tus misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido.
jueves, 4 de octubre de 2018
MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 2º MISTERIO GOZOSO
LA
VISITACIÓN
"Magnificat anima mea Dominum" |
Oración.- ¡Dios te Salve María,
Reina del Santo Rosario! ¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente
postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en
memoria de tus gozos, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van
con mi petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las
gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos no podéis
menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir
estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias
espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y demuestra
que eres mi Madre.
LA
VISITACIÓN
¡Dulce Madre María!, meditando
en el Misterio de la Visitación que es cuando Tú visitando a tu prima Santa
Isabel, ella te saludó con estas proféticas palabras; "Bendita tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tú
vientre" y Tú le respondiste con el cántico de los cánticos, el Magníficat.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la
virtud de la Caridad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores
espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te Salve María,
Reina del Santo Rosario, Madre mía!, ¡Salve! Humildemente me postro a tus pies
para ofrendarte una corona de Rosas blancas flores en memoria de tus gozos,
cada flor te recordará un misterio, cada diez flores van con mi petición de una
bendición.
¡Oh Excelsa Reina, dispensadora de las
gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti claman! Vos no podéis mirar mis
ofrendas sin atender a mis súplicas. Recibe mi ofrenda y recibe también mi
agradecimiento; por tu bondad, dame la ayuda que confiado espero en Ti.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)