LA
VISITACIÓN
"Magnificat anima mea Dominum" |
Oración.- ¡Dios te Salve María,
Reina del Santo Rosario! ¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente
postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en
memoria de tus gozos, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van
con mi petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las
gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos no podéis
menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir
estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias
espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y demuestra
que eres mi Madre.
LA
VISITACIÓN
¡Dulce Madre María!, meditando
en el Misterio de la Visitación que es cuando Tú visitando a tu prima Santa
Isabel, ella te saludó con estas proféticas palabras; "Bendita tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tú
vientre" y Tú le respondiste con el cántico de los cánticos, el Magníficat.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la
virtud de la Caridad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores
espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te Salve María,
Reina del Santo Rosario, Madre mía!, ¡Salve! Humildemente me postro a tus pies
para ofrendarte una corona de Rosas blancas flores en memoria de tus gozos,
cada flor te recordará un misterio, cada diez flores van con mi petición de una
bendición.
¡Oh Excelsa Reina, dispensadora de las
gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti claman! Vos no podéis mirar mis
ofrendas sin atender a mis súplicas. Recibe mi ofrenda y recibe también mi
agradecimiento; por tu bondad, dame la ayuda que confiado espero en Ti.
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