SANTA TERESA DE JESÚS Y EL PRIVILEGIO SABATINO
Por la virtud del Bendito
Escapulario del Carmen, es decir, por los privilegios que a él vinculara la
Santísima Virgen, vio Santa Teresa salir del Purgatorio a muchas almas, entre
ellas a varias de las religiosas de su monasterio de la Encarnación, entre las
que se contaba su sobrina Leonor de Cepeda, monja en el convento de la
Encarnación de Ávila.
Sin pasar por el Purgatorio
vio al venerable P. Fr. Matías, provincial de los Carmelitas Calzados de
Castilla, así como al P. Francisco de Ledesma, que le acompañara en la
fundación de Salamanca (de este P. Francisco de Ledesma es de quien dijo el P.
Maello, en las informaciones para la beatificación de la Santa Madre, "que
a la muerte del dicho Padre dijo Santa Teresa a sus monjas: "¡Bendito sea
Dios que le he visto subir a gozar de Dios al Cielo!")
Y como ella extrañase esta
gracia tan singular, entendió que las Bulas de la Orden, es decir, los
privilegios vinculados por María a su bendito Escapulario para no entrar en el
Purgatorio, esclarecían todo el misterio. Y añade luego: "no entiendo por
qué entendí esto; me parece, debe ser, porque no está el ser fraile en el
hábito, digo en traerle." Como si nos quisiese decir está en la perfecta
consagración a María y encarnar el espíritu de María, que es llevar dignamente
su bendito Escapulario.
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