¡Oh María! Vos, que tan
ardientemente deseáis que amemos a vuestro divino Hijo, alcanzadme un amor
verdadero para este adorable Salvador. Vos, que alcanzáis cuanto os place,
escuchad mis súplicas y atraedme de tal manera a Jesús, que nunca cese de
amarle. Alcanzadme también un grande amor hacia Vos, que sois la más amable de
las criaturas y la más amada de Dios. Amén.
El Papa Pío VII, por su rescripto de 12 de Julio de 1816, concedió a todos los que recen esta oración 100 días de indulgencia aplicable a las ánimas del Purgatorio.
¡Oh María, fiel Mediadora de
nuestra salvación! Haced que todos los cristianos, según la bella expresión de
San Bernardo, consigan la dicha de honraros con todo su corazón, y os amen con
toda su alma. Dignaos otorgarnos la gracia de que las súplicas que dirigimos al
Señor le sean presentadas por vuestras sagradas manos y sean oídas
favorablemente bajo vuestros auspicios. Amén.
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