Danos tus ojos para ver más allá del sufrimiento y de la muerte |
¡Oh María, Madre de Jesucristo
y Madre nuestra!, Tú que estás junto a nuestras cruces como permaneciste junto
a la de Jesús, sostén nuestra fe, para que aunque estemos inmersos en el dolor,
mantengamos la mirada fija en el rostro de Cristo en quien, durante el
sufrimiento extremo de la cruz, se manifestó el amor inmenso de Dios. ¡Madre de
nuestra esperanza!, danos tus ojos para ver más allá del sufrimiento y de la
muerte, la luz de la Resurrección. Danos un corazón sensible para seguir amando
y sirviendo también en medio de las pruebas. ¡Oh María Madre, Virgen de los
Dolores!, ruega por nosotros para que cuando el dolor nos visite logremos decir:
"Hágase tu voluntad". Así sea.
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