Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

martes, 31 de mayo de 2022

SÚPLICA A NUESTRA MADRE MARÍA PARA EL MES DE MAYO / SANTA MARÍA REINA

 


Dice el Beato Amadeo que la bienaventurada Reina María está continuamente ejercitando en la presencia de Dios el oficio de abogada nuestra e intercediendo con sus oraciones, que son para con Dios poderosísimas. Porque como ve nuestras miserias y peligros, la Clementísima Señora se compadece de nosotros y nos socorre con amor de Madre. De suerte que ahora mismo, ¡Madre y Abogada mía!, ves las miserias de mi alma y los peligros que me rodean y estás rezando por mí. Ruega y ruega y no dejes nunca de hacerlo hasta que me veas salvo y dándote humildes gracias en el cielo. Dice el devoto Blosio que Tú, ¡dulcísima María!, eres, después de Jesús, la salvación segura de vuestros siervos fieles. Yo te pido hoy esta gracia: concédeme la dicha de ser tu siervo hasta la muerte, para que después de esta vida vaya a bendecirte en el cielo, seguro ya de que jamás habré de apartarme de tus pies mientras Dios sea Dios.

María, Madre mía, haz que sea yo siempre tuyo.


ORACIÓN

¡Inmaculada Virgen y Madre mía Santísima! A Ti, que eres la “Madre de mi Señor”, la Reina del mundo, la abogada, la esperanza y el refugio de los pecadores, acudo en este día yo que soy el más necesitado de todos. Te alabo, Madre de Dios y te agradezco todas las gracias que hasta ahora me has hecho, especialmente la de haberme librado del infierno que tantas veces he merecido.  Te amo, ¡Señora y Madre mía!, y por el amor que te tengo te prometo servirte siempre y hacer todo lo posible para que seas también amada de los demás. En Ti pongo mi esperanza y mi eterna salvación.  Madre de misericordia, acéptame por tu hijo y acógeme bajo tu manto, y ya que eres tan poderosa ante Dios, líbrame de las tentaciones y dame fuerza para vencerlas hasta la muerte. Te pido el verdadero amor a Jesucristo. De Ti espero la gracia de una buena muerte.  Madre mía, por el amor que tienes a Dios, te ruego que siempre me ayudes, pero mucho más en el último momento de mi vida. No me desampares mientras no me veas a tu lado en el cielo, bendiciéndote y cantando tus misericordias por toda la eternidad. Amén.




sábado, 28 de mayo de 2022

SÚPLICA A NUESTRA MADRE MARÍA PARA EL MES DE MAYO

 


Cuanto alivio siento en mis miserias y cuanto consuelo en mis tribulaciones y qué esfuerzo recibo en la tentación no bien pienso en Ti e imploro tu socorro, ¡dulcísima Madre María! Razón tenéis, santos del cielo, en llamar a la Virgen “puerto de atribulados” -como san Efrén-; “alivio de nuestras miserias y consuelo de los desgraciados” -como san Buenaventura-; “remedio de nuestro llanto” -como san Germán. Consuélame, ¡Madre mía!, pues me veo lleno de pecados, cercado de enemigos, tibio en el amor de Dios. Consuélame, pero que la consolación que me des sea el hacerme empezar una vida nueva que verdaderamente agrade a tu Hijo y a Ti.

Conviérteme, transfórmame, Madre mía, que Tú puedes hacerlo.


ORACIÓN

¡Inmaculada Virgen y Madre mía Santísima! A Ti, que eres la “Madre de mi Señor”, la Reina del mundo, la abogada, la esperanza y el refugio de los pecadores, acudo en este día yo que soy el más necesitado de todos. Te alabo, Madre de Dios y te agradezco todas las gracias que hasta ahora me has hecho, especialmente la de haberme librado del infierno que tantas veces he merecido. Te amo, Señora y Madre mía, y por el amor que te tengo te prometo servirte siempre y hacer todo lo posible para que seas también amada de los demás. En Ti pongo mi esperanza y mi eterna salvación.  Madre de misericordia, acéptame por tu hijo y acógeme bajo tu manto, y ya que eres tan poderosa ante Dios, líbrame de las tentaciones y dame fuerza para vencerlas hasta la muerte. Te pido el verdadero amor a Jesucristo. De Ti espero la gracia de una buena muerte.  ¡Madre mía!, por el amor que tienes a Dios, te ruego que siempre me ayudes, pero mucho más en el último momento de mi vida. No me desampares mientras no me veas a tu lado en el cielo, bendiciéndote y cantando tus misericordias por toda la eternidad. Amén.




sábado, 21 de mayo de 2022

SÚPLICA A NUESTRA MADRE MARÍA PARA EL MES DE MAYO

 


San Bernardo llama a María “camino real para hallar al Salvador y la salvación”. Si es cierto, Reina mía, que eres, como el mismo dice, quien conduce nuestras almas a Dios, no esperes que yo vaya a Dios si no me llevas en tus brazos. Llévame, sí; y si me resisto, llévame a la fuerza. Con los dulces atractivos de tu amor fuerza cuanto puedas a mi alma, a mi rebelde voluntad, para que deje a las criaturas y busque sólo a Dios y su voluntad santísima. Muestra a los cielos cuán poderosa eres; muestra, entre tantos prodigios, esta otra maravilla de tu misericordia uniendo enteramente con Dios a quien tan lejos de Él está.

¡María, puedes hacerme santo; de Ti lo espero!


ORACIÓN

¡Inmaculada Virgen y Madre mía Santísima! A Ti, que eres la “Madre de mi Señor”, la Reina del mundo, la abogada, la esperanza y el refugio de los pecadores, acudo en este día yo que soy el más necesitado de todos. Te alabo, Madre de Dios y te agradezco todas las gracias que hasta ahora me has hecho, especialmente la de haberme librado del infierno que tantas veces he merecido.  Te amo, Señora y Madre mía, y por el amor que te tengo te prometo servirte siempre y hacer todo lo posible para que seas también amada de los demás. En Ti pongo mi esperanza y mi eterna salvación.  Madre de misericordia, acéptame por tu hijo y acógeme bajo tu manto, y ya que eres tan poderosa ante Dios, líbrame de las tentaciones y dame fuerza para vencerlas hasta la muerte. Te pido el verdadero amor a Jesucristo. De Ti espero la gracia de una buena muerte.  Madre mía, por el amor que tienes a Dios, te ruego que siempre me ayudes, pero mucho más en el último momento de mi vida. No me desampares mientras no me veas a tu lado en el cielo, bendiciéndote y cantando tus misericordias por toda la eternidad. Amén.



sábado, 14 de mayo de 2022

SÚPLICA A NUESTRA MADRE MARÍA PARA EL MES DE MAYO

 


La caridad de María para con nosotros, según nos lo afirma san Bernardo, no puede ser ni mayor ni más poderosa de lo que es. Por lo cual se compadece siempre generosamente de nosotros con su cariño y nos socorre con su poder. Siendo, por tanto, Purísima Reina mía, rica en poder y rica en misericordia, puedes y deseas salvamos a todos. Te diré, pues, hoy y siempre, con el devoto Blosio: “María Santísima, en esta gran batalla que con el infierno tengo empeñada ayúdame siempre, y cuando veas que me hallo vacilante y próximo a caer, tiéndeme entonces, Señora mía, más pronto tu mano y sostenme con más fuerza”. ¡Dios mío, cuántas tentaciones tendré que vencer hasta la hora de mi muerte! María, esperanza, refugio y fortaleza mía, no permitas que pierda la gracia de Dios, pues propongo acudir siempre a ti en todas las tentaciones, diciendo:

 

Ayúdame, María; María, ayúdame.


ORACIÓN

¡Inmaculada Virgen y Madre mía Santísima! A Ti, que eres la “Madre de mi Señor”, la Reina del mundo, la abogada, la esperanza y el refugio de los pecadores, acudo en este día yo que soy el más necesitado de todos. Te alabo, Madre de Dios y te agradezco todas las gracias que hasta ahora me has hecho, especialmente la de haberme librado del infierno que tantas veces he merecido.  Te amo, Señora y Madre mía, y por el amor que te tengo te prometo servirte siempre y hacer todo lo posible para que seas también amada de los demás. En ti pongo mi esperanza y mi eterna salvación.  Madre de misericordia, acéptame por tu hijo y acógeme bajo tu manto, y ya que eres tan poderosa ante Dios, líbrame de las tentaciones y dame fuerza para vencerlas hasta la muerte. Te pido el verdadero amor a Jesucristo. De ti espero la gracia de una buena muerte.  Madre mía, por el amor que tienes a Dios, te ruego que siempre me ayudes, pero mucho más en el último momento de mi vida. No me desampares mientras no me veas a tu lado en el cielo, bendiciéndote y cantando tus misericordias por toda la eternidad. Amén.