Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 29 de octubre de 2022

CUANDO DIGO EL AVEMARÍA...

 

Refiere el Beato Alano, en su Salterio, que una religiosa muy devota del Rosario se apareció después de su muerte a una de sus hermanas y le dijo:

"Si pudiera volver a mi cuerpo para decir solamente un avemaría, aun cuando fuera sin mucho fervor, por tener el mérito de esa oración, sufriría con gusto cuantos dolores padecí antes de morir."

Hay que advertir que había sufrido durante varios años crueles dolores.


"Que quien te ama, ¡oh excelsa María!, escuche esto y se llene de gozo: El cielo exulta de dicha, y de admiración la tierra, cuando digo Ave María. Mientras aborrezco al mundo, en amor de Dios me inundo cuando digo Ave María. Mis temores se disipan, mis pasiones se apaciguan, cuando digo Ave María. Se aumenta mi devoción y alcanzo la contrición cuando digo Ave María. Se confirma mi esperanza, mi consuelo se agiganta, cuando digo Ave María. Mi alma de gozo palpita, mi tristeza se disipa, cuando digo Ave María, porque la dulzura de esta suavísima salutación es tan grande que no hay término apropiado para explicarla debidamente, y después que hubiera uno dicho de ella maravillas, resultaría aún tan escondida y profunda que no podríamos descubrirla. Es corta en palabras, pero grande en misterios; es más dulce que la miel y más preciosa que el oro. Es preciso tenerla frecuentemente en el corazón para meditarla y en la boca para leerla y repetirla devotamente."

 

Beato Alano de la Roche, a la Santísima Virgen.





sábado, 15 de octubre de 2022

ORACIONES DE LOS SANTOS A NUESTRA MADRE MARÍA

 

¡Yo os saludo, oh María, esperanza de los cristianos! Escuchad la humilde plegaria de un pecador que os honra y os ama. A Vos os debo la vida: Vos sois mi esperanza, y la prenda de mi salvación. Os suplico que me libréis del peso de mis iniquidades, disipes las tinieblas de mi espíritu y extirpéis en mi corazón las afecciones terrestres. Reprimid las tentaciones de mis enemigos y arreglad de tal modo mi vida, que por vuestra mediación y bajo vuestra dirección, pueda yo llegar a la eterna bienaventuranza. Amén.


San Alfonso María de Ligorio



martes, 11 de octubre de 2022

11 DE OCTUBRE, MATERNIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

 


EL CORAZÓN DE MARÍA ES EL CORAZÓN DE NUESTRA MADRE

El Corazón Inmaculado de María es el Corazón de aquella que es Madre de Dios, pero también Madre de todos los hombres. En la persona del discípulo amado, al pie de la Cruz, Jesús entregó su Madre a toda la Iglesia y a la misma humanidad:

“Hijo, ahí tienes a tu madre”

En el Corazón santísimo de María todos los hombres tienen cabida, a todos nos ama como a hijos suyos; siendo siempre para todos amor, ayuda, consuelo, fortaleza y compasión. Decía el Santo Cura de Ars:

“El Corazón de María es tan grande para con nosotros que, si reuniéramos el amor de los corazones de todas las madres, ese amor, con ser tan grande, parecería un pedazo de hielo comparado con el inmenso amor que en el Corazón de María arde hacia nosotros sus hijos”.

¿Cuál es el deseo del hijo hacia su Madre? Corresponder a su amor. Amor con amor se paga, solemos decir. Por eso la devoción y veneración al Corazón Inmaculado de María ha de ser un verdadero deseo de corresponder a su amor, de ser un fiel y amante hijo de la Virgen. El verdadero devoto de la Virgen María quiere ser santo imitándola a Ella en todo.

San Antonio María Claret se decía a sí mismo:

“Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abraza por donde pasa; que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos”.



 

sábado, 8 de octubre de 2022

HUMILDAD A SEMEJANZA DE LA VIRGEN

 


Para que Dios se digne más fácilmente concederte tanto favor, toma por abogada y protectora a la Santísima Virgen. San Bernardo dice que María se ha humillado más que ninguna otra criatura y que, siendo Ella la más grande de todas, se ha hecho la más pequeña por el profundísimo abismo de su humildad. Por tal razón, María ha recibido la plenitud de la gracia y ha sido digna de ser Madre de Dios. María, al mismo tiempo es Madre de misericordia y de ternura, a la cual nunca se recurre en vano. Entrégate lleno de confianza a su seno maternal; suplícale encarecidamente que quiera obtenerte la virtud que le fue de tanto aprecio y no temas que no quiera cuidar del lodo. María pedirá por ti al Dios que cría al humilde y aniquila al soberbio; y ya que María es además omnipotente con su Hijo, será de Él ciertamente oída. Acude a Ella en todas tus cruces, en todas tus necesidades, en todas tus tentaciones: María será tu apoyo, María será tu consuelo; pero la principal gracia que debes pedirle es la santa humildad. Jamás calles ni dejes de pedírsela hasta que la hayas conseguido y no temas importunarla demasiado. ¡Oh; cuánto agrada a María esta importunidad por la salvación de tu alma y para hacerte más aceptable a su divino Hijo! Finalmente, le rogarás por su humildad, que fue causa de su elevación a la dignidad de Madre de Dios, y por su divina Maternidad, que fue el fruto inefable de su humildad, te sea siempre propicia.



Del libro "Práctica de la humildad", del 
entonces Cardenal Pecci, posteriormente S.S. 
el Papa León XIII, cuando era obispo de Perugia.





viernes, 7 de octubre de 2022

RESTAURACIÓN DE LA PRÁCTICA DEL ROSARIO

 


La malicia y envidia del demonio han contribuido, sin duda, a la menor estimación del Santo Rosario, para detener los torrentes de gracia de Dios que esta devoción atraía al mundo. Como ejemplo sirva el hecho de como decayó la Cofradía del Santo Rosario fundada por santo Domino y, por ello, la justicia divina afligió todos los reinos de Europa el año 1349 con la peste más horrible que se recuerda, la cual desde Levante se extendió a Italia, Alemania, Francia, Polonia y Hungría y desoló casi todos estos territorios, pues de cien hombres apenas quedaba uno vivo; las poblaciones, las villas, las aldeas y los monasterios quedaron casi desiertos durante los tres años que duró la epidemia. Este azote de Dios fue seguido de otros dos: la herejía de los flagelantes y un desgraciado cisma el año 1376.

Luego que, por la misericordia de Dios, cesaron estas calamidades, la Santísima Virgen ordenó al Beato Alano de la Roche, célebre doctor y famoso predicador de la Orden de Santo Domingo renovar la antigua Cofradía del Santo Rosario, que empezó a trabajar en esta gran obra después que Nuestro Señor Jesucristo, se le manifestó un día en la Sagrada Hostia: "¿Por qué me crucificas tú de nuevo?" "¿Cómo, Señor?", le contestó el Beato Alano enteramente sorprendido. "Son tus pecados los que me crucifican, le respondió Jesucristo, y preferiría ser crucificado otra vez a ver a mi Padre ofendido por los pecados que has cometido. Y me crucificas aún, porque tienes ciencia y cuanto es necesario para predicar el Rosario de mi Madre y por este medio instruir y desviar muchas almas del pecado; tú los salvarías, impidiendo grandes males, y, no haciéndolo, eres culpable de los pecados que ellos cometen" Estos reproches terribles resolvieron al Beato Alano a predicar incesantemente el Rosario.

 

Del libro; El secreto admirable del Rosario”,
de San Luis María Grignión de Montfort.