Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 29 de agosto de 2020

PARA LA VISITA A NUESTRA MADRE MARÍA

Os diré con San Agustín: “Único refugio de los pecadores, ¡ten misericordia de mí!

“Lleguemos, pues, con segura confianza al trono de la gracia, para que alcancemos misericordia y hallemos la gracia a fin de ser socorridos en el tiempo oportuno”

Dice San Antonio que ese trono es María, en el que Dios dispensa todas las gracias. ¡Oh Reina amabilísima!, si tanto deseáis ayudar a los pecadores, aquí tenéis un gran pecador que a Vos acude; ayudadme con todo vuestro poder y hacedlo pronto.




¡Oh Poderosa Reina del Universo, Soberana llena de ternura y de bondad para todos los que os invocan! Vos sois cerca de Dios la abogada de los pecadores, el puerto seguro de los que han naufragado; sois la fuerza de los débiles, el consuelo de los afligidos, el refugio y el asilo de todos los que confían en Vos. ¡Oh Virgen Madre llena de gracias! Interceded por mí ante vuestro Divino Hijo, y con vuestra intercesión iluminad mi entendimiento, abrasad mi corazón y desatad mi lengua para que pueda celebrar vuestras alabanzas y cantar este angélico canto tan digno de Vos y tan dulce para los que os aman. ¡Salve, oh obra maestra de las manos del Omnipotente!, ¡paraíso de delicias, fuente inagotable de gracias, mediadora entre Dios y los hombres! El cielo y la tierra celebren por siempre tus alabanzas. Yo me uno a ellas para ofreceros el homenaje de un corazón que para siempre os quedará consagrado.

San Efrén



sábado, 22 de agosto de 2020

EL INMACULADO CORAZÓN DE LA VIRGEN MARÍA


Fuentes de gracias actuales.- Todas las almas, aun las más santas, necesitan de esos auxilios divinos, llamados gracias actuales sin las que no es posible practicar acto alguno sobrenatural y meritorio. Estas gracias son, sin duda, un regalo cariñosísimo de la bondad divina, pues sin merecerlas el hombre, Dios se las da abundantemente y generosamente. La fuente de donde brotan es el mismo Corazón Divino de Jesús, que de este modo nos manifiesta, sin cesar, el amor que nos tiene y el canal por donde descienden, es siempre la Santísima Virgen, en cuyo Purísimo Corazón se encuentran todas esas gracias, como represadas y depositadas, para luego repartirlas entre las almas.

¿Comprendes bien a dónde has de ir a buscar estas gracias? No al Trono de la Justicia, pues de justicia nada se te debe sino al Trono de la Bondad y Misericordia del Corazón mismo de Dios; pero ese Trono, ¿cuál es?, ¿dónde está?, ¿dónde encontrarlo fácilmente? Es evidente que en el Corazón Inmaculado de tu Madre querida.

Todo pues, depende de ti, el que sepas y quieras ir a esas fuente, a ese depósito, a buscar esas gracias que necesitas y que Dios está deseando darte y se las da en miles de ocasiones aun sin tú pedírselas. Pero mira, medita bien en este punto. Dios siempre te concede suficientísimas gracias actuales conforme a tu estado y condición, de suerte que por parte suya, nunca queda el que tú te salves o te condenes, te santifiques o te endurezcas en el pecado; esto depende únicamente de ti, porque tú, con tu conducta, con tus correspondencias a esas gracias, puedes hacer que sean o eficaces o ineficaces y aun totalmente inútiles. Nunca olvides que esto sólo depende de ti, sólo a ti se te imputarán algún día tus caídas y pecados; sólo a ti se te pedirá cuenta estrechísima del uso o del abuso, del aprecio, o desprecio que hiciste de tales gracias. ¿Quién no querrá, pues, convertir en eficaces y aprovechables las gracias que Dios le concede?

He aquí el interés principal de esta magnífica devoción. La devoción al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María te facilita y en cierto modo te asegura esto: si tu alma sabe encerrase en esos Corazones de Jesús y de María, no hay duda que sabrá aprovecharse de las gracias riquísimas que se le concederán, no porque se le quite el uso de su libertad, sino porque el Corazón de Jesús multiplicará sus gracias y le dará precisamente aquellas a las cuales, Él sabe que mejor el alma ha de corresponder.

¿No es esto lo que salta a la vista al leer las promesas del Divino Corazón? ¿No te has fijado en la multitud y variedad de gracias que allí se prometen, como si así quisiera el Corazón de Jesús asegurar su eficacia? Recuerda las promesas que hace para los pecadores, aun los más endurecidos, para las almas tibias y frías, para las fervorosas que aspiran a la santidad, para los seglares, para las comunidades religiosas, para los individuos y familias y naciones, para los sacerdotes y apóstoles, a todos promete, no ya solo una lluvia abundantísima de gracias, si no lo que es más importante, la eficacia de las mismas.

Él hará que para sus devotos, esas gracias no sean inútiles y vacías. ¡Oh! ¿Puedes pensar nada más importante, nada que tanto interese a tu alma como esto? ¿Cómo no lanzarte hasta por ese interés a tener esta verdadera y sólida devoción? Suplica al Corazón de la Virgen que así te la enseñe, que allí aprendas a conocer a amar al Divino Corazón de Jesús. 



sábado, 15 de agosto de 2020

15 DE AGOSTO, ASUNCIÓN DE NUESTRA MADRE MARÍA

La Virgen María ha sido elevada a la mansión celestial. Donde el Rey de los reyes está sentado en un trono adornado de estrellas

SERMÓN DE SAN JUAN DAMASCENO
2º Sobre la Dormición de la Stma. Virgen

El arca santa y animada del Dios viviente, que concibió en su seno a su Criador, descansa hoy en el templo del Señor no construido por manos de hombre. David, su antepasado, se siente transportado de alegría; y juntamente con él, cántanle himnos los Ángeles, celébranla los Arcángeles, glorifícanla las Virtudes, estremécense de júbilo los Principados, regocíjanse con ellos las Potestades, manifiestan su alegría las Dominaciones, festéjanla los Tronos y repiten sus alabanzas los Serafines. Hoy es recibido en la celestial Edén el paraíso animado del nuevo Adán, en el cual fue revocada nuestra condenación, plantado el árbol de la vida y cubierta nuestra desnudez.


No ha sido devuelta hoy a la tierra aquella Virgen Inmaculada, que vivió ajena a todas las afecciones terrenas y con el pensamiento puesto en el cielo: como cielo viviente, ha sido colocada en los eternos tabernáculos. ¿Podía, en efecto, experimentar las ignominias de la muerte la que había sido fuente de donde manó para todos los hombres la verdadera vida? Cierto es que estuvo sujeta a la ley dictada por aquel mismo a quien engendró, y que como hija del viejo Adán debió someterse al antiguo decreto, del cual no se libró si su mismo Hijo, que es la vida por esencia. Pero su cualidad de Madre del Dios viviente le mereció justamente verse elevada cerca de Él.

Aquella Eva que había consentido en las sugestiones dela serpiente fue condenada a los dolores del parto y al castigo de la muerte, y tuvo que permanecer sepultada en el seno de la tierra. Pero ¿cómo podía ser presa de la muerte esta nueva Eva, verdaderamente dichosa, que escuchó dócilmente la palabra divina, fue fecundada por obra del Espíritu Santo, concibió, a la casta salutación del Arcángel, fuera de toda ley humana, al Hijo de Dios, dióle a luz sin dolor, y se consagró, por último, a Dios por entero? ¿Cómo habría podido acabar sepultada en el seno de la tierra? ¿Podría ser pasto de la corrupción un cuerpo escogido por la misma vida para encarnarse? A esta nueva Eva, abrióle Dios un camino recto, llano y fácil para subir al cielo. Porque si Jesucristo, vida y verdad, ha dicho: “Allí donde yo estuviere, estará también mi servidor”, con mucho mayor motivo debe estar con Él su Madre.

Del Oficio de Maitines,
del “Breviario Romano”
(Gubianas-1940)



sábado, 1 de agosto de 2020

ORACIÓN A NUESTRA MADRE PARA EL MES DE AGOSTO

HOY ES PRIMER SÁBADO DE MES


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EL CORAZÓN DE MARÍA Y LOS PRIMEROS SÁBADOS

La gran promesa del Corazón de María en Pontevedra. La primera promesa la cumplió la Virgen el 10 de diciembre de 1925. Sor Lucía, como postulante Dorotea, estaba en su celda cuando se le apareció Nuestra Señora poniéndole una mano sobre el hombro mientras le mostraba en la otra un corazón rodeado de espinas. Al lado de la Virgen estaba el Niño Jesús subido en una nube de luz, que le dijo: 

«Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos continuamente le clavan, sin que haya nadie que haga un acto de reparación para arrancárselas»

En seguida dijo la Santísima Virgen: 

«Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que todos aquellos que, durante cinco meses, en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan quince minutos de compañía, meditando en los quince misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas»

LA INTENCIÓN REPARADORA

Sin esta intención general, sin esta voluntad de amor que desea reparar y consolar a la Virgen, sin esta “compasión”, todas estas prácticas serían incompletas. Se trata de consolar al Corazón Doloroso e Inmaculado de Nuestra Madre. Aunque aquí no se trata en primer lugar de consolar a la Virgen María compadeciéndose de su Corazón traspasado por causa de los sufrimientos de su Hijo, sino que el sentido preciso de esta devoción reparadora considera las ofensas que actualmente recibe el Corazón Inmaculado de María por parte de los que rechazan su mediación materna y menosprecian sus prerrogativas. Son éstas otras tantas espinas que hay que arrancar de su Corazón por estas prácticas de reparación, para consolarla y obtener así el perdón para las almas que le ofenden tan gravemente.