Por esto María es en sí misma un himno a la vida; es la criatura en la cual se ha realizado ya la palabra de Cristo “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10) |
La Mujer vestida de sol. ¿Cuál
es el significado de esta imagen? Representa el mismo tiempo a la Virgen y a la
Iglesia.
Ante todo, la “mujer” del
Apocalipsis es María misma. Aparece “vestida de sol”, es decir vestida de Dios:
la Virgen María, en efecto, está totalmente rodeada de la luz de Dios y vive en
Dios. Este símbolo del vestido luminoso expresa claramente una condición que
atañe a todo el ser de María: Ella es la “llena de Gracia”, colmada del amor de
Dios. Y “Dios es luz”, dice también San Juan (1 Jn. 1, 5). He aquí entonces que
la “llena de gracia”, la “Inmaculada” refleja con toda su persona la luz del
“sol” que es Dios.
Esta mujer tiene bajo sus pies
la luna, símbolo de la muerte y de la mortalidad. María, de hecho, está
plenamente asociada a la victoria de Jesucristo, su Hijo, sobre el pecado y
sobre la muerte; está libre de toda sombra de muerte y totalmente llena de
vida. Como la muerte ya no tiene ningún poder sobre Jesús Resucitado (cf. Rm.
6, 9), así, por una gracia y un privilegio singular de Dios omnipotente, María
la ha dejado tras de sí, la ha superado. Y esto manifiesta en los dos grandes
misterios de su existencia: al inicio, el haber sido concebida sin pecado
original, que es el misterio que celebramos hoy; y, al final, el haber sido
elevada en alma y cuerpo al cielo, a la gloria de Dios. Pero también toda su
vida terrena fue una victoria sobre la muerte, porque la dedicó totalmente al
servicio de Dios, en la oblación plena de sí a Él y al prójimo. Por esto María
es en sí misma un himno a la vida; es la criatura en la cual se ha realizado ya
la palabra de Cristo “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en
abundancia” (Jn 10, 10)
En la visión del Apocalipsis,
hay otro detalle: sobre la cabeza de la mujer vestida de sol hay “una corona de
doce estrellas”. Este signo representa a las doce tribus de Israel y significa
que la Virgen María está en el centro del Pueblo de Dios, de toda la comunión
de los santos.
Del discurso de SS
Benedicto XVI en el Homenaje a la Inmaculada
el día 8 de
diciembre de 2011
Propuesta de una
flor a la Virgen: Si llevas tiempo sin confesar, no lo dejes para mañana;
confiésate hoy mismo. Antes de hacerlo da gracias al Señor por el sacerdote que
te dará la absolución.
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