En María está plenamente viva y operante esa relación con Dios que el pecado rompe |
Desearía subrayar que María es
la Inmaculada por un don gratuito de la gracia de Dios, que encontró en Ella
disponibilidad y colaboración. En este sentido es “bienaventurada” porque “ha
creído” (Lc. 1, 45), porque tuvo una fe firme en Dios. María representa el
“resto de Israel”, esa raíz santa que los Profetas anunciaron. En Ella
encuentran acogida las promesas de la antigua Alianza. En María la Palabra de
Dios encuentra escucha, recepción, respuesta; halla aquel “sí” que le permite
hacerse carne y venir a habitar entre nosotros. En María la humanidad, la
historia, se abren realmente a Dios, acogen su gracia, están dispuestas a hacer
su voluntad. María es expresión genuina de la Gracia. Ella representa el nuevo
Israel, que las Escrituras del Antiguo Testamento describen con el símbolo de
la esposa. Y San Pablo retoma este
lenguaje en la Carta a los Efesios donde habla del matrimonio y dice “Cristo
amó a su Iglesia: Él se entregó a sí mismo por Ella, para Consagrarla,
purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentarse a Él mismo
la Iglesia toda gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e
inmaculada” Los Padres de la Iglesia desarrollaron esta imagen y así la
doctrina de la Inmaculada nació primero en referencia a la Iglesia
virgen-madre, y sucesivamente a María.
La luz que promana de la
figura de María nos ayuda también a comprender el verdadero sentido del pecado
original. En María está plenamente viva y operante esa relación con Dios que el
pecado rompe. En Ella no existe oposición alguna entre Dios y su ser: existe
plena comunión, pleno acuerno. Existe un “sí” recíproco, de Dios a Ella y de
Ella a Dios. María está libre del pecado porque es toda de Dios, totalmente
expropiada para Él. Está llena de su Gracia, de su Amor.
En conclusión, la doctrina de
la Inmaculada Concepción de María expresa la certeza de fe de que las promesas
de Dios se han cumplido: su alianza no fracasa, sino que ha producido una raíz
santa, de la que ha brotado el Fruto bendito de todo el universo, Jesús, el
Salvador. La Inmaculada de muestra que la Gracia es capaz de suscitar una
respuesta; que la fidelidad de Dios sabe generar una fe verdadera y buena.
De las palabras de
SS Benedicto XVI en el rezo del Ángelus,
el día 8 de
diciembre de 2012
Propuesta de una
flor a la Virgen: Busca un momento para rezar el Credo. Y antes, pide a la
Virgen la firmeza en la fe para los sacerdotes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.