Reina de Todos los Santos, Sevilla |
¡Salve Reina de Misericordia!,
Señora del mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes, Sancta Sanctorum,
luz de los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de
los desesperados, fortaleza de los lánguidos, salud del orbe, espejo de toda
pureza. Haga tu piedad que el mundo conozca y experimente aquella gracia que Tú
hallaste ante el Señor, obteniendo con tus santos ruegos perdón para los
pecadores, medicina para los enfermos, fortaleza para los pusilánimes, consuelo
para los afligidos, auxilio para los que peligran.
Por Ti tengamos acceso fácil a
tu Hijo, ¡oh bendita y llena de gracia, madre de la vida y de nuestra salud!,
para que por Ti nos reciba el que por Ti se nos dio. Excuse ante tus ojos tu
pureza las culpas de nuestra naturaleza corrompida: obténganos tu humildad tan
grata a Dios el perdón de nuestra vanidad. Encubra tu inagotable caridad la
muchedumbre de nuestros pecados: y tu gloriosa fecundidad nos conceda
abundancia de merecimientos.
¡Oh Señora nuestra, Mediadora
nuestra, y Abogada nuestra!, reconcílianos con tu Hijo, recomiéndanos a tu
Hijo, preséntanos a tu Hijo.
Haz, ¡oh Bienaventurada!, por
la gracia que hallaste ante el Señor, por las prerrogativas que mereciste y por
la misericordia que engendraste, que Jesucristo tu Hijo y Señor nuestro,
bendito por siempre y sobre todas las cosas, así como por tu medio se dignó
hacerse participante de nuestra debilidad y miserias, así nos haga
participantes también por tu intercesión de su gloria y felicidad. Así sea.
San Bernardo
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