¡Oh Madre mía, María! Ya que, a pesar de estar exenta de toda sombra de imperfecciones, quisiste ser purificada |
¡Oh Jesús! Por las manos de María quiero hoy ofrecerme al
Eterno Padre juntamente contigo. Mas Tú eres Hostia Purísima, Santa, Inmaculada,
y yo me encuentro lleno de manchas, de miserias y de pecados.
¡Oh Madre mía, María! Ya que, a pesar de estar exenta de
toda sombra de imperfecciones, quisiste ser purificada, te pido que limpies mi
pobre alma, para que pueda ser ofrecida menos indignamente al Padre en unión con
tu Jesús. ¡Oh Virgen Purísima! Introdúceme en el camino de una seria y profunda
purificación, y después acompáñame Tú misma, para que por mi pusilanimidad no
desfallezca ante la aspereza del camino.
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