Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

miércoles, 18 de febrero de 2015

ORACIONES DE LOS SANTOS A NUESTRA MADRE MARÍA

¡Oh María! Tened piedad de mí

¡Oh divina María, mi única Soberana, y después de Dios mi verdadero consuelo en este mundo! Vos sois el rocío celestial que dulcifica mis amarguras. Vos sois la brillante luz que disipa las tinieblas que rodean a mi alma. Vos sois la guía de mis pasos, la fuerza de mis debilidades, el tesoro en mi pobreza, el bálsamo que cura mis heridas, el consuelo que enjuga mis lágrimas, mi refugio en las miserias, y la esperanza de mi salvación ¡Oh María! Tened piedad de mí, Vos que sois la Madre de Dios, que tanto amas a los hombres, concededme lo que os pido. Vos que sois nuestra defensa y nuestra alegría, haced que yo sea digno de gozar con Vos esa bienaventuranza que gozáis en el cielo. Amén.

San Germán, Patriarca de Constantinopla



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