Abogada y Mediadora de la gracia, Tú que estás unida a la
única mediación universal de Cristo, pide a Dios, para nosotros, un corazón
completamente renovado, que ame a Dios con todas sus fuerzas y sirva a la
humanidad como Tú lo hiciste. Repite al Señor esa eficaz palabra tuya: “no les
queda vino”, para que el Padre y el Hijo derramen sobre nosotros, como una
nueva afusión, el Espíritu Santo. Amén
Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!
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