Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

miércoles, 3 de octubre de 2018

MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 1º MISTERIO GLORIOSO

LA RESURRECCIÓN

Surrexit Dóminus vere, Allelúia!

Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario! ¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.

Cuanto te pido, lo recibiré, y demuestra que eres mi Madre.

LA RESURRECCIÓN

¡Oh gloriosa Madre Virgen María! medito ahora el Misterio de la Resurrección de Nuestro Señor que es cuando en la mañana del tercer día después de su muerte y sepultura salió de ella y se te presentó, llenando así de indecible alegría tu Corazón; se apareció a las santas mujeres, y a sus discípulos quienes al reconocerle le adoraron.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Fe y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.


Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María! ¡Reina del Santo Rosario! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de Rosas blancas flores en memoria de tus alegrías, fruto de los sufrimientos de tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden! Vos no podéis menospreciar esta ofrenda con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas, ofrendas, recibe, asimismo mis peticiones; de tus misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.