Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 13 de octubre de 2018

A TI MADRE DEL ROSARIO

¡Oh Santo Rosario de mi Madre, te estrecho contra mi pecho y con reverencia te beso!

Mi alma rendida al pie de tu Trono, ¡oh grande y gloriosa Señora!, te venera entre los gemidos y angustias que sobremanera la oprimen. En medio de las penas y agitaciones en que me hallo, levanto confiado los ojos hacia Ti, que te dignaste elegir para tu morada las campiñas de pobres y desamparados labriegos. ¡Oh! apiádate de esta alma que yace aletargada bajo el polvo y las sombras de la muerte ¡Ten piedad de mí!, ¡oh Señora!; ten piedad de mí que me hallo abrumado de miserias y humillaciones. Tú que eres exterminio de los demonios defiéndeme de los enemigos que me asedian. Tú que eres el Auxilio de los cristianos, sácame de las tribulaciones en que me hallo sumido. Tú que eres nuestra vida, triunfa de la muerte que amenaza mi alma en los peligros a que se halla expuesta. Devuélveme la paz, la tranquilidad, el amor, la salud, mientras de todo corazón te saludo e invoco por mi Soberana y por Reina del Santísimo Rosario… Salve Regína, Mater misericodiae...


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