Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

martes, 2 de octubre de 2018

MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 1º MISTERIO DOLOROSO

LA AGONÍA EN EL HUERTO

"Pater, si vis, transfer calicem istum a me: verumtamen non mea voluntas, sed tua fiat"

Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario! ¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.

Cuanto te pido, lo recibiré, y demuestra que eres mi Madre.

LA AGONÍA EN EL HUERTO

¡Oh afligida Madre, Virgen María!, yo medito ahora el misterio de la Oración de Nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní, donde sudó sangre. Al contemplar Jesús los pecados del mundo que el demonio le demostró para tentarle a no seguir el sacrificio que estaba próximo a hacer, infundiéndose en su alma el temor por cuanto veía, y cuando todo su bendito cuerpo sudó sangre ante la visión de las torturas y muerte que Él tendría, tus sufrimientos, ¡oh Madre querida!, los futuros padecimientos de su Iglesia, y los que Él mismo sufriría en el Santísimo Sacramento, Él lloró y exclamó: "Oh Padre, aleja de mi este cáliz, si es posible", pero inmediatamente, conformándose con la voluntad de Su Padre, Él, de nuevo exclamó: "No se haga mi voluntad, sino la Tuya".

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Conformidad con la Voluntad de Dios y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.


Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario! ¡Madre mía, salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de, flores. Rosas de color rojo, en memoria de los dolores que sufriste junto a tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos, no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas recibe, asimismo, mis peticiones; de tus misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido.



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