DÍA QUINTO
LA AMAPOLA, ROELLA
La amapola excede hasta a la
misma rosa en hermosura en variedad de
colores: tiene, desde el blanco más puro hasta el carmesí más encendido,
graduación admirable. Salvaje en los campos y cultivada en los jardines, es
para esta estación una de sus bellezas. Pero le falta el olor; mas no importa:
las perfecciones están repartidas y divididas entre las diferentes especies que
adornan nuestros jardines. Es semejante y tan semejante a la más bella de todas
las rosas, que, puesta a su lado y mezclada en ramillete con ellas, se confunde
a la vista y rivaliza en brillantez con ella.
LA BENEFICIENCIA Y LAS CATORCE
OBRAS DE MISERICORDIA
La caridad tiene, además de la
misericordia, otra hija, y es la beneficencia. No nos basta la buena voluntad,
no nos basta un corazón que compadezca las miserias ajenas; la caridad es
obras, y éstas en su terreno son guiadas por la beneficencia.
Las obras de misericordia son
catorce: las siete miran las necesidades corporales, y las otras siete las
espirituales de nuestros prójimos. Porque la amapola se asemeja a la rosa, y
tiene de ella su figura y belleza, la reconocemos como la más propia para significarnos
la beneficencia. No tiene en sí fragancia, pero plántense a su alrededor yerbas
aromáticas, y con ella formarán un ramillete perfecto… plántense en medio de
las catorce obras de beneficencia figuradas en las yerbas odoríficas, y éstas
suplirán lo que a ella falta, y ella lo que a éstas.
LA BENEFICIENCIA EN MARÍA
María hizo con nosotros una
obra de misericordia tan grande, que no habrá otra igual. Estábamos perdidos
por la culpa original, y nos dio un salvador.
LA AMAPOLA EN MANOS DE MARÍA
¿Qué puedes hacer por el bien
de tus prójimos? Si no tienes la caridad, nada,
o casi nada; porque sin la caridad, la beneficencia no es virtud perfecta ni
puede serlo: es, sí, lo que llamamos filantropía, y ésta de por sí, sin la
caridad su reina, no tiene mérito delante de Dios. Si tienes caridad, si amas
lo que Dios ama, si quieres lo que Dios quiere, puedes hacer por el bien de los
otros mucho y muchísimo. Has de hacer por los otros todo cuanto esté en tu
poder… Ofrécete a María, y ella ya te lo inspirará, y dile:
PRESENTACIÓN DE LA ROSA A
MARÍA
ORACIÓN.- Señora: Yo me obligo
a practicar en bien de mis prójimos todas las obras de misericordia que pueda y
que están en mis manos. Tendré para todos aquellos con quienes me familiarizo,
un corazón afable, benigno, dulce, manso, y seré su servidor. Ni con palabras,
ni con obras, ni con gestos, ni directa o indirectamente les contristaré, les
molestaré ni mortificaré. Recibid, Señora, estos mis propósitos, y haced que
tengan un efecto siempre eficaz.
Beato Francisco Palau OCD
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