“A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace devoto de la Virgen María” |
¡Oh Clementísima Reina!
Dignaos socorrernos sin mirar la multitud de nuestros pecados. Acordaos que
nuestro Creador se ha hecho carne en vuestro seno, no para condenar a los
pecadores sino para salvarlos. Si vos hubierais sido hecha Madre de Dios solo
en vuestro beneficio, podría decirse que nuestra salvación os era indiferente;
pero Dios se ha hecho hombre por vuestra salvación y la de todo el género
humano ¿De qué nos serviría vuestro poder y vuestra gloria si no nos hicierais
partícipes de vuestra bienaventuranza? ¡Ah¡ dignaos ayudarnos y protegernos: a
Vos nos encomendamos; haced que eternamente amemos y sirvamos a vuestro Hijo
Jesucristo. Amén.
San Anselmo
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