El Ave María bien dicha, esto
es, con atención, devoción y modestia, es según los Santos, el enemigo del
demonio, y el que le pone en huida, y el martillo que le aplasta; es la
santificación del alma, el gozo de los Ángeles, la melodía de los predestinados,
el cántico del Nuevo Testamento, el placer de María y la gloria de la Santísima
Trinidad.
El Ave María es un rocío
celestial que fecundiza al alma, es un ósculo casto y amoroso que se da a
María, es una rosa encarnada que se le presenta, es una perla preciosa que se
le ofrece, es una copa de ambrosía y de néctar Divino que se le da. Todas estas
comparaciones están tomadas de los Santos Doctores.
San Luis Mª Grignion de Montfort
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