¡Oh Señor Dios Omnipotente!, os ruego por la Sangre Preciosa
que manó del Costado de vuestro divino Hijo Jesús, en presencia y con extremo
dolor de su Santísima Madre, que libréis a las almas del purgatorio y, particularmente,
entre todas, a la que haya sido más devota de esta gran Señora, para que pronto
vaya a vuestra gloria a alabaros en ella, y a ella en Vos, por todos los siglos
de los siglos. Así sea.
Padrenuestro, Avemaría, Requien.
Indulgencia de quinientos días. (S.S. de Indulg., 18 nov.
1826; S. Pen. Ap., 26 ener. De 1932)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.