Aparición de Nuestra Señora de la Merced a San Pedro Nolasco en 1218 |
¡Soberana Virgen María, Reina
de los Ángeles, Emperatriz de los cielos!, elegida Madre de Dios, concebida en
gracia, a quien rinden veneración todos los coros de los Ángeles y Santos del
cielo. A Ti me acerco para rogarte que, puesto que bajaste del cielo a la
tierra declarando que eres Madre de Merced y de las Misericordias, usa tu
piedad con este humilde devoto tuyo. Y para más obligarte, ¡Madre de pecadores!,
¡consuelo de los afligidos!, ¡socorro de todas las necesidades!, me consagro
una vez más a Ti, como esclavo y servidor tuyo. Dirígeme, encamíname y
ampárame, ¡Señora y Madre mía!, para que acierte a servirte y logre lo os pido
y deseo, si es del agrado de tu precioso Hijo Jesús, que vive y reina con Dios
Padre, en unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos.
Amén.
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