Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

lunes, 13 de mayo de 2019

13 DE MAYO, EL ÚLTIMO RECURSO DEL CIELO




El 13 de mayo de 1917, domingo, la Virgen se aparecía en Fátima, hacia el mediodía, a los tres pastorcillos.

«Vimos sobre una carrasca una Señora vestida de blanco, más brillante que el sol, irradiando una luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente»

Después de un breve diálogo, que podríamos llamar de presentación, la Virgen esbozó su mensaje:

«¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros, en acto de desagravio por los pecados con que es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?»
— «Sí, queremos» —contestó Lucía en nombre de los tres. —
«Tendréis, pues, mucho que sufrir, pero la gracia de Dios será vuestra fortaleza»
«Fue al pronunciar estas últimas palabras cuando abrió por primera vez las manos, comunicándonos una luz tan intensa, como un reflejo que de ellas se irradiaba, que nos penetraba en el pecho y en lo más íntimo del alma, haciéndonos ver a nosotros mismos en Dios, el cual era esa luz, más claramente que nos vemos en el mejor de los espejos»





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