Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 28 de julio de 2018

EL AMOR A MARÍA

Si soy, pues, tan diferente de Ti, ¿es señal de que no te amo? 

¡Madre mía! Tu belleza enamoró a Dios y le hizo descender del cielo a tu seno, y yo ¿podré vivir sin amarte? No, no descansaré hasta amarte verdaderamente, con un amor constante y tierno hacia Ti, Madre mía. Sí, quiero amarte, dulcísima Madre, quiero amarte, pero al mismo tiempo tengo miedo de no amarte, porque sé que el amor hace semejante al amante y al amado… Si soy, pues, tan diferente de Ti, ¿es señal de que no te amo? ¡Tú tan pura, yo tan impuro! ¡Tú tan humilde, yo tan soberbio! ¡Tú tan santa, yo tan pecador! Pero, Madre mía, esto es lo que tienes que hacer Tú, pues me amas: hacerme semejante a Ti. Tú puedes cambiar los corazones; toma el mío y cámbialo. ¡Muestra al mundo cuánto puedes para favorecer a los que Tú amas! ¡Hazme santo, hazme digno hijo tuyo!

San Alfonso



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