Todo lo espera, todo lo recibe de su Madre y, no obstante, desde allí está dirigiendo al mundo, está siendo la alegría de los ángeles |
Contempla
en este momento la vida de Jesús, oculta y escondida como en un sagrario en el
seno de María. ¡Qué oscuridad y silencio el de esta vida de Jesús! ¡Qué
debilidad e invalidez la de Jesús! Todo lo espera, todo lo recibe de su Madre
y, no obstante, desde allí está dirigiendo al mundo, está siendo la alegría de
los ángeles y sobre todo, está de día en día santificando más y más con su
presencia, con su contacto, a su querida Madre. ¡Qué misterio! ¡Qué vida más
activa la de María con su Hijo y la del Hijo con su Madre! Pero toda, vida de
actividad interior.
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