Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

domingo, 9 de abril de 2017

PETICIÓN A NUESTRA MADRE DE LOS DOLORES

Ruega por nosotros, Virgen y Madre Dolorosísima, que estuviste constantemente junto a la Cruz de Nuestro Señor

Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando estés en la presencia del Señor, de hablar en favor nuestro y que aparte su indignación de nosotros.

¡Oh Santísima Madre!, hazme esta gracia: fija en mi corazón con eficacia las Llagas de Jesús Crucificado.

Haz que de Cristo en mí lleve la muerte, que participe su Pasión y suerte y medite en sus Llagas apenado. Para que no arda en los eternos fuegos, defiéndeme Tú, ¡oh Virgen!, con tus ruegos, en el día del Juicio.

Y Tú, ¡oh Cristo!, al salir yo de esta vida, por tu Madre querida, haz que llegue a la palma de victoria. Cuando mi cuerpo muera, haz que mi alma adquiera del Paraíso la Gloria.

Rezar tres avemarías

OREMOS

Te rogamos, Señor nuestro Jesucristo, que interceda ante tu clemencia la Bienaventurada Virgen María tu Madre, cuya alma atravesó la espada de dolor en la hora de tu Pasión. Lo pedimos por Ti, ¡oh Jesucristo!, Salvador del mundo, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


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