Acoge, oh Madre de Cristo, este grito lleno de sufrimiento de todos los hombres |
Bendita seas por encima de todas las creaturas, Tú,
Sierva del Señor, que de la manera más plena obedeciste a la llamada divina.
Te saludamos a Ti, que estás totalmente unida a la
consagración redentora de tu Hijo.
Madre de la Iglesia: ilumina al Pueblo de Dios en los
caminos de la fe, de la esperanza y de la caridad. Ilumina especialmente a los
pueblos de los que tú esperas nuestra consagración y nuestro ofrecimiento.
Ayúdanos a vivir en la verdad de la consagración de Cristo por toda la familia
humana del mundo actual.
Al encomendarte, oh Madre, el mundo, todos los hombres y
pueblos, te confiamos también la misma consagración del mundo, poniéndola en tu
corazón maternal.
¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a vencer la amenaza del
mal, que tan fácilmente se arraiga en los corazones de los hombres de hoy y que
con sus efectos inconmensurables pesa ya sobre la vida presente y da la
impresión de cerrar el camino hacia el futuro.
¡Del hambre y de la guerra, líbranos!
¡De la guerra nuclear, de una autodestrucción
incalculable y de todo tipo de guerra, líbranos!
¡De los pecados contra la vida del hombre desde su primer
instante, líbranos!
¡Del odio y del envilecimiento de la dignidad de los
hijos de Dios, líbranos!
¡De toda clase de injusticias en la vida social, nacional
e internacional, líbranos!
¡De la facilidad de pisotear los mandamientos de Dios,
líbranos!
¡De la tentativa de ofuscar en los corazones humanos la
verdad misma de Dios, líbranos!
¡Del extravío de la conciencia del bien y del mal,
líbranos!
¡De los pecados contra el Espíritu Santo, líbranos!,
¡líbranos!
Acoge, oh Madre de Cristo, este grito lleno de
sufrimiento de todos los hombres. Lleno del sufrimiento de sociedades enteras.
Ayúdanos con el poder del Espíritu Santo a vencer todo
pecado, el pecado del hombre y el «pecado del mundo», el pecado en todas sus
manifestaciones.
Aparezca, una vez más, en la historia del mundo el
infinito poder salvador de la Redención: poder del Amor misericordioso. Que
éste detenga el mal. Que transforme las conciencias. Que en tu Corazón
Inmaculado se abra a todos la luz de la Esperanza
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.