Intención de la visita;
Por las blasfemias contra su Virginidad
Intención de la oración;
Reconocer sus admirables prerrogativas
¡Os suplico me alcancéis la pureza tan peculiar de vuestros verdaderos devotos! |
Santísima Virgen María, emperatriz de todo lo creado,
Reina de los Ángeles, Abogada de los hombres, primogénita del Eterno Padre,
Madre dignísima del Hijo, Esposa predilecta del Espíritu Santo, hermosa sin la
mancha de la primera culpa, agraciada sin el lunar de la más ligera
imperfección, más fuerte que Judit, más hermosa que Raquel, más fecunda que
Lía, más afortunada que Ester, más sabia que Abigail, tesorera de las gracias y
maravillas de Dios; Señora, por todas las gracias y privilegios de que os dotó
la Omnipotencia sobre todas las criaturas, en que yo me gozo cuanto puedo, y
que os cediera gustoso, aunque fueran míos, os suplico me alcancéis la pureza
tan peculiar de vuestros verdaderos devotos, la vigilancia en buscar aquel uno
necesario de la salvación, la fortaleza para vencer todas mis pasiones,
especialmente la dominante, la conformidad en los trabajos, la dicha de morir
en paz, confortado con vuestra presencia, para que os alaben eternamente en la
gloria...
AMÉN
Verán que la intención de la visita no coincide con la
oración a recitar. En las visitas tendremos la intención en nuestro corazón, y
nuestra mente, de reparar a nuestra Santa Madre por la intención del día y por
otro lado, la petición que haremos a Ella por medio de la oración que se reza.
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