"Era necesario que Aquella que en el parto había
conservado ilesa su virginidad conservase también sin ninguna corrupción su
cuerpo después de la muerte. Era necesario que Aquella que había llevado en su
seno al Creador hecho niño, habitase en los tabernáculos divinos. Era necesario
que la Esposa del Padre habitase en los tálamos celestes. Era necesario que
Aquella que había visto a su Hijo en la Cruz, recibiendo en el corazón aquella
espada de dolor de la que había sido inmune al darlo a luz, lo contemplase
sentado a la diestra del Padre. Era necesario que la Madre de Dios poseyese lo
que corresponde al Hijo y que por todas las criaturas fuese honrada como Madre
y sierva de Dios"
San Juan Damasceno
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