Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 18 de agosto de 2018

DE DORMITIONE MARIAE VIRGINIS, II

¿Cómo iba a entrar la corrupción en un cuerpo de donde brotó la vida?

Incorrupción del cuerpo Inmaculado.- El triunfo de María sobre la muerte exigía la incorrupción del sepulcro. Esta gracia singular ha concedido Dios a muchos cuerpos santos, ¿podría negársela a su Madre? Con mucha razón dice el Damasceno: “¿Cómo iba a entrar la corrupción en un cuerpo de donde brotó la vida?”. María, se ha dicho, que es un Cristo comenzado, por tanto, ¿cómo iba Él, que ya estaba en el Cielo, sentado a la diestra del Padre, rodeado de la majestad de la Gloria Divina, a permitir que aquel cuerpo, que era algo suyo, fuera invadido de la corrupción del sepulcro?

Además, la corrupción del cuerpo tiene su razón de ser en el pecado; este es la semilla de aquella. Por consiguiente, María concebida sin pecado original, preservada de toda mancha, y hasta de la sombra del pecado, tuvo que carecer de la más mínima corrupción y, sobre todo, ¿cómo podía unirse la Pureza Virginal de aquel cuerpo Inmaculado, con esa sucia y asquerosa corrupción? ¿No merecía un premio especialísimo, aun aquí en la tierra, aquel cuerpo que fue el primero en consagrarse a Dios con el voto de virginidad? El Arca del Antiguo Testamento fue fabricada en madera incorruptible y aquello fue solo una figura. La realidad es el alma y el cuerpo incorruptible de María, Arca verdadera del Nuevo Testamento. Suplica a la Virgen te dé a participar de esa incorruptibilidad del pecado, que es la que a ti más te importa.  



1 comentario:

  1. La Virgen no murió como nosotros los simples mortales. Fue transformada gloriosamente por el poder de su Hijo y llevada (asunta) en cuerpo y alma a la Jerusalén celeste.

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