Imagen de la Virgen Niña en la Parroquia de San Pedro Apóstol, Tejupilco, México |
A diferencia de la devoción
al Niño Jesús, la devoción a la infancia de María es menos popular. Conocida en
español como Virgen Niña o Divina Infantita y en italiano como María Bambina,
sus dos centros de devoción son la ciudades de Milán (Italia) y México. En esta
última ciudad se fundó en 1901 la Orden de las Esclavas de la Inmaculada Niña,
o de la Divina Infantita, por el padre Federico Salvador Román, natural de
Almería, y por la mejicana María del Rosario Arrevillada Escalada. Su carisma es el de
revivir en la Iglesia el anonadamiento de Cristo a través de la imitación de
María en el misterio de su infancia.
ORACIÓN
Dulcísima Niña María, radiante Aurora del Astro Rey,
Jesús, escogida por Dios desde la eternidad para ser la Reina de los cielos, el
consuelo de la tierra, la alegría de los ángeles, el templo y sagrario de la
adorable Trinidad, la Madre de un Dios humanado; me tienes a tus plantas, ¡oh
infantil Princesa!, contemplando los encantos de tu santa infancia. En tu
rostro bellísimo se refleja la sonrisa de la Divina Bondad, tus dulces labios
se entreabren para decirme: "Confianza, paz y amor..."
¿Cómo no amarte, María, luz y consuelo de mi alma..., ya
que te complaces en verte obsequiada y honrada en tu preciosa imagen de Reina
parvulita? Yo me consagro a tu servicio con todo mi corazón. Te entrego, amable
Reina, mi persona, mis intereses temporales y eternos. Bendíceme Niña
Inmaculada, bendice también y protege a todos los seres queridos de mi familia.
Se Tú, Infantil Soberana, la alegría, la Dulce Reina de mi hogar, a fin de que
por tu intercesión y tus encantos reine e impere en mi corazón y en todos los
que amo, el dulcísimo Corazón de Jesús Sacramentado. Amén.
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