¡Oh Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre de los hombres! |
¡Oh Corazón Inmaculado de María, Corazón de nuestra Reina
y de nuestra Madre! Ved aquí reunidos los que formamos esta [aquí se cita:
parroquia, diócesis, provincia, colegio, fábrica, empresa...]; deseosos de
mostraros nuestro amor filial y de rendiros el tributo de nuestro vasallaje.
Venimos a ofrendaros todo nuestro ser con alma y cuerpo, potencias y sentidos, nuestra vida con todas sus penas y alegrías, todo cuanto poseemos, todo cuanto somos, todo cuanto amamos.
¡Oh Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre de los hombres! A vuestro Corazón Inmaculado nos consagramos. Recibimos como hijos vuestros. Sea vuestro Corazón nuestro refugio en vida y el camino que nos lleve a Dios.
Haced que reine en esta [...] el espíritu de, vuestra casa de Nazaret: la obediencia y el trabajo, la pureza y la piedad, la paz y el amor hasta el sacrificio.
(Aquí se coloca la imagen o cuadro del Corazón de María en el sitio que se le tiene reservado)
Desde este momento quedáis constituida por Reina y Madre de esta [...]. Vuestra sagrada imagen, ¡oh Corazón Inmaculado!, ocupará un lugar de honor en esta [...], desde donde velaréis por nuestro bien espiritual y temporal, escucharéis nuestras plegarias y nos consolaréis en las penas y tribulaciones de esta vida y particularmente en la hora de nuestra muerte.
Nosotros, por nuestra parte, procuraremos vivir cristianamente, cumpliendo nuestros deberes religiosos para con Dios y de caridad para con el prójimo.
Haced, Señora y Madre nuestra, que junto con vuestro reinado entre en esta [...] el del Sagrado Corazón de Jesús, a fin de que, viviendo sinceramente consagrados a vuestro amor y servicio, merezcamos un día la eterna gloria. Amén.
Venimos a ofrendaros todo nuestro ser con alma y cuerpo, potencias y sentidos, nuestra vida con todas sus penas y alegrías, todo cuanto poseemos, todo cuanto somos, todo cuanto amamos.
¡Oh Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre de los hombres! A vuestro Corazón Inmaculado nos consagramos. Recibimos como hijos vuestros. Sea vuestro Corazón nuestro refugio en vida y el camino que nos lleve a Dios.
Haced que reine en esta [...] el espíritu de, vuestra casa de Nazaret: la obediencia y el trabajo, la pureza y la piedad, la paz y el amor hasta el sacrificio.
(Aquí se coloca la imagen o cuadro del Corazón de María en el sitio que se le tiene reservado)
Desde este momento quedáis constituida por Reina y Madre de esta [...]. Vuestra sagrada imagen, ¡oh Corazón Inmaculado!, ocupará un lugar de honor en esta [...], desde donde velaréis por nuestro bien espiritual y temporal, escucharéis nuestras plegarias y nos consolaréis en las penas y tribulaciones de esta vida y particularmente en la hora de nuestra muerte.
Nosotros, por nuestra parte, procuraremos vivir cristianamente, cumpliendo nuestros deberes religiosos para con Dios y de caridad para con el prójimo.
Haced, Señora y Madre nuestra, que junto con vuestro reinado entre en esta [...] el del Sagrado Corazón de Jesús, a fin de que, viviendo sinceramente consagrados a vuestro amor y servicio, merezcamos un día la eterna gloria. Amén.
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