Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 29 de febrero de 2020

VIDA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

"Hermosísima en su rostro, integérrima en su carne, y santísima en su alma. Si miras diligentemente, no hay preciosidad, ni candor, ni gloria, que no resplandezca en ella"


Mis flores son frutos de honor y de riqueza (Eccli 24, 23).

Nuestra Señora fue llena de gracia durante toda su vida. Por eso, usando una figura, se dice de Esther: Era hermosa en extremo y de increíble belleza; y parecía a los ojos de todos graciosa y amable (Est 2, 15). Ésta es aquella Rebeca, joven de muy buen parecer, y virgen muy hermosa, a quien varón no ha conocido (Gen 24, 16). Se comprenden así las palabras del Cantar de los Cantares: Toda eres hermosa, amiga mía (Cant 4, 7). Dice toda, porque fue tan hermosísima en su alma y en su cuerpo, que nadie la podrá igualar jamás.

Por lo cual, sobre aquellas palabras del Cantar de los Cantares, Toda eres hermosa, dice San Bernardo: "Hermosísima en su rostro, integérrima en su carne, y santísima en su alma. Si miras diligentemente, no hay preciosidad, ni candor, ni gloria, que no resplandezca en ella" Así, pues, a causa de esta plenitud de vida, tuvo la virtud del imán, porque así como el imán atrae a sí al hierro, así también la Virgen santa atrajo a sí de lo alto al Verbo de Dios. Por eso la Bienaventurada Virgen María, adornada con la diadema real de las dobles virtudes del alma y del cuerpo, resplandeciente de belleza, conocida en los cielos por su hermosura, atrajo a sí las miradas de los ciudadanos del cielo hasta inclinar así el corazón del Rey, y atraer a sí al mensajero celestial.

Por lo tanto, aun cuando no podamos imitarla totalmente, debemos seguirla, en lo posible, en esa gracia de vida santa, y trabajar con ella para adquirir la castidad de alma y cuerpo, la firmeza de su paciencia en las adversidades, la longanimidad de su perseverancia en el bien; porque, como dice San Bernardo: "Si quieres alcanzar su ayuda en las adversidades de la vida, no dejes de seguir el ejemplo de su vida".

La Bienaventurada Virgen María ejercitó las obras de todas las virtudes; mientras que los demás santos, sólo algunas especiales; pues uno fue humilde; otro, casto; otro, misericordioso; por ese motivo son presentados como ejemplares de virtudes particulares, como San Nicolás, ejemplo de misericordia, etc.; mas la Bienaventurada Virgen María es presentada como ejemplar de todas las virtudes; pues en ella encuentras un ejemplo de humildad: He aquí la esclava del Señor (Lc 1, 38); Miró la bajeza de su esclava (Ibid., 48); de virginidad: porque no conozco varón (Ibid„ 34); y de todas las virtudes, como es sobradamente conocido.

Santo Tomás de Aquino



MEDULLA S. THOMAE AQUITATIS PER OMNES ANNI LITURGICI
DIES DISTRIBUITA,
SEU MEDITATIONES EX OPERIBUS S. THOMAE DEPROMPTAE



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