Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 22 de febrero de 2020

EL PARAÍSO DEL NUEVO ADÁN


El paraíso terrenal, en el que Dios introdujo a nuestro primer padre, era un lugar de maravillas, de esplendores de inmensa felicidad, donde Adán disfrutaba de todas las delicias que allí había depositado el Creador. Él y Eva, no obstante, prevaricaron y fueron expulsados de aquel mirífico Edén.

Nuestro Señor Jesucristo es considerado, a justo título, el segundo Adán, aquel que vino a rescatar a la humanidad de las sombras de la muerte y a restablecerle el estado de gracia, a través de la inmolación hecha de sí mismo en lo alto de la Cruz.

Y al igual que el primer Adán, también el segundo tuvo su jardín de delicias: Nuestra Señora. Todo lo que el paraíso terrenal poseía de hermoso y espléndido en su realidad material, Ella lo tenía aún más bello y refulgente en su realidad espiritual. Y Nuestro Señor Jesucristo tuvo incomparablemente más felicidad y contento viviendo en las castísimas entrañas de María Virgen que Adán en el Edén.

Plinio Corrêa de Oliveira



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.