Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

jueves, 12 de septiembre de 2019

12 DE SEPTIEMBRE, DULCE NOMBRE DE NUESTRA MADRE MARÍA


Señora y Dominadora, María.- Y qué cierto es que es verdadera Señora, nunca fue esclava, ni sierva del demonio, del pecado, de las pasiones. Solo esclava del Señor, pero por eso mismo Reina y Señora. El pueblo cristiano así lo entiende y por eso la llama Nuestra Señora. Recuerda cómo es Señora de los Ángeles que se glorían en poderla servir. Los Ángeles fueron muchas veces sus criados; en la Anunciación, en la Huida a Egipto, en la cueva de Belén, en el mismo Calvario, Ángeles de dolor fueron a sostenerla y a llorar con Ella.

Es Señora de los demonios, que la temen y al oír tan solo su nombre, huyen. Ante este Santo Nombre doblan las rodillas los Cielos, la tierra y los abismos. El demonio teme a la Señora aún más que a Jesús pues así Dios lo quiso, para que la humillación fuera mayor y más admirable el triunfo de María. Es, en fin, Señora de los hombres. Pero Señora y Reina de Misericordia. Jesús ha dividido su Reino y su Cetro y quedándose Él con la justicia como Juez que es de vivos y muertos, ha dado a María el poder de la Misericordia. Su Majestad y grandeza no ofende, no aterra, sino que arrastra amorosa, pero violentamente, aunque sea muy dulce esta violencia. Mira si no sientes en ti esto mismo al ponerte a los pies de esta Gran Señora. Por eso, es Reina y Señora de corazones. Nadie sino Ella tiene derecho a mandar en nuestro corazón. Examina si es Ella la que realmente manda y dispone como Señora absoluta de tu corazón.



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