Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 20 de enero de 2018

ORACIÓN DE CONFIANZA EN MARÍA

Merezco, lo sé, que me deseches, pero te ruego que contemples lo que ha hecho y padecido tu Hijo por mí

¡Reina mía Soberana, digna de mi Dios, María! Al verme tan vil y cargados de pecados, no debiera atreverme a acudir a Ti y llamarte madre.

Merezco, lo sé, que me deseches, pero te ruego que contemples lo que ha hecho y padecido tu Hijo por mí; y después me deseches si puedes.

Soy un pecador que, más que otros, ha despreciado la Divina Majestad; pero el mal está hecho.

A Ti acudo que me puedes auxiliar; ayúdame, Madre mía, y no digas que no puedes ampararme, pues bien sé que eres poderosa y obtienes de tu Dios lo que deseas. Si me dices que no puedes protegerme, dime al menos a quién debo acudir para ser socorrido en mi desgracia y dónde poder refugiarme o en quién pueda más seguro confiar.

Tú, Jesús mío, eres mi padre; y Tú mi madre, María. Amas a los más miserables y los andáis buscando para salvarlos. Yo soy reo del infierno, el más mísero de todos. Pero no tienes necesidad de buscarme; ni siquiera lo pretendo. A vosotros me presento con la esperanza de no verme abandonado.

¡Vedme a vuestros pies, Jesús mío, perdóname! ¡María, Madre mía, socórreme!

"Las Glorias de María"
San Alfonso María de Ligorio


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