La maligna serpiente, contra quien fue lanzada la primera
maldición, sigue combatiendo con furor y tentando a los miserables hijos de Eva
|
Inmaculada Madre de Dios, Reina de los cielos, Madre de
misericordia, abogada y refugio de los pecadores: he aquí que yo, iluminado y
movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha
obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y siempre en
vuestras manos para que sea consagrado a Jesús.
A Vos, ¡oh Virgen santísima!, lo entrego, en presencia de
los nueve coros de los Ángeles y de todos los Santos; Vos, en mi nombre,
consagradlo a Jesús; y por la filial confianza que os tengo, estoy seguro de
que haréis ahora y siempre que mi corazón sea enteramente de Jesús, imitando
perfectamente a los Santos, especialmente a San José, vuestro Purísimo esposo.
Amén.
San
Vicente Pallotti
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.