"La devoción del ESCAPULARIO DEL CARMEN ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales" (Pío XII el 6/8/1950) |
¡Oh Virgen
Bendita! ¿Quién es el que, habiéndote invocado en sus necesidades no ha
recibido tu auxilio? Nosotros, tus humildes siervos, nos gozamos contigo por
todas tus obras y virtudes, pero por tu misericordia nos regocijamos en
nosotros mismo. Alabamos la virginidad, admiramos la humildad, mas para quien
es miserable la misericordia tiene un sabor bastante más dulce. Abrazamos la
misericordia con mayor ternura, la recordamos más frecuentemente, la invocamos
más veces. En efecto, justamente tu misericordia ha obtenido la redención del
mundo, ha impetrado con sus oraciones la salvación de todos los hombres.
Así, pues, ¿quién podrá, ¡oh Madre bendita!, medir la largura y la anchura, la altura y la profundidad
de tu misericordia? Su largura llega hasta el fin de los tiempos para auxiliar a todos cuantos te invocan; su anchura
envuelve al mundo entero, de modo que toda la tierra está llena de tu bondad.
La altura de tu misericordia ha abierto las puertas de la ciudad celestial y su
profundidad ha obtenido la redención de los que moran en las tinieblas y en las
sombras de la muerte. Por Ti, ¡oh María!, se llena el cielo, el infierno
se vacía, vuelven el recto camino los que se han extraviado. Así tu caridad
poderosísima y piadosísima se derrama sobre nosotros con amor compasivo y
auxiliador a un mismo tiempo
San Bernardo
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