1. Asistiré a la hora de la muerte a quienes lleven con
fe y devoción mi Escapulario, medalla o imagen.
2. Si se portan para conmigo como hijos cariñosos, yo me
portaré con ustedes como Madre amabilísima.
3. Bendeciré las casas donde mi imagen sea honrada, y
donde me recen cada día alguna oración.
4. Si se esfuerzan por alejar el pecado de su vida, yo me
esforzaré por alejarles las desgracias y las calamidades.
5. Si quieren tener felicidad y santidad, hagan lo que
Jesús les dice. O sea, lean el evangelio y traten de practicar lo que allí les
recomienda Nuestro Señor. Si así lo hacen, yo rogaré por ustedes ahora y en la
hora de su muerte.
Elías en el Carmelo, como Jesús en Getsemaní. Humildad, sacrificio, oración sencilla, confiada, perseverante. Así se consigue la redención humana. Doblemos nuestras rodillas, humillemos nuestro orgullo. Oremos con Jesús, con María, con Elías
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