Ofrece a nuestro Divino Salvador lo que Él sufrió en la Cruz para que su recuerdo le mueva a compadecerse de mí, pecador |
¡Santísima y muy afligida Madre, Virgen de los Dolores y
Reina de los Mártires! Estuviste de pie, inmóvil, bajo la Cruz, mientras moría
tu Hijo.
Por la espada de dolor que te traspasó entonces, por el
incesante sufrimiento de tu vida dolorosa y el gozo con que ahora eres
recompensada de tus pruebas y aflicción, mírame con ternura Madre, ten
compasión de mí que vengo a tu presencia para venerar tus Dolores. Deposito mi
petición con infantil confianza en el santuario de tu Corazón herido.
Te suplico que presentes a Jesucristo, en unión con los
méritos infinitos de su Pasión y Muerte, lo que sufriste junto a la Cruz, y por
vuestros méritos me sea concedida esta petición (Mencione el favor que desea).
¿A quién acudiré yo en mis necesidades y sufrimientos sino a Ti, Madre de misericordia? Tan hondo bebiste del cáliz de tu Hijo que puedes
compadecerte de los sufrimientos de quienes están todavía en este valle de
lágrimas.
Ofrece a nuestro Divino Salvador lo que Él sufrió en la Cruz
para que su recuerdo le mueva a compadecerse de mí, pecador. Refugio de
pecadores y Esperanza de la humanidad, acepta mi petición y escúchala
favorablemente, si es conforme a la voluntad de Dios.
Señor Jesucristo, te ofrezco los méritos de María, Madre
tuya y nuestra, que ganó bajo la Cruz. Por su amable intercesión pueda yo
obtener los deliciosos frutos de tu Pasión y Muerte.
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