Virgo potens, sicut turris
David: mille clípei pendent
ex ea, omnis armatúra
fórtium
David: mille clípei pendent
ex ea, omnis armatúra
fórtium
Era costumbre entre los nobles, en la
Edad Media, como lo había sido entre los
romanos, llevar coronas de flores. Se ofrecían tales coronas a personas de
distinción, a título de reconocimiento. Soberana del cielo y de la tierra, la Virgen tiene el mismo
derecho a nuestros homenajes; de ahí que la Iglesia nos exhorte a ofrecerle un triple
rosario, o tres coronas de rosas, que llamamos rosario.
La fiesta de Nuestra Señora del Rosario fue instituida
principalmente para recordarnos el insigne beneficio de la victoria de Lepanto
sobre el Islam, el 7 de octubre de 1571, victoria debida al rezo del rosario.
Esta fiesta, local en un principio, se extendió muy pronto a toda la Iglesia. León XIII la elevó al
rango de fiesta de segunda clase, con misa y oficio nuevos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.