Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

lunes, 7 de octubre de 2019

7 DE OCTUBRE, NUESTRA MADRE DEL ROSARIO


Soberana Reina de los Ángeles y de los hombres: Serenísima Emperatriz de los cielos y de la tierra; Santísima María del Rosario, sola Virgen entre las madres, y sola Madre entre las vírgenes: como única Virgen Madre de Dios, Señora nuestra y abogada de pecadores en el acatamiento divino, yo el mayor pecador de todos, os saludo como a muy amada Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa del Espíritu Santo. Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad: yo os suplico humildemente con todo el afecto de mi corazón puesto a vuestros sacratísimos pies, que os dignéis poner en mí esos vuestros ojos misericordiosos: pues no se ha oído jamás que los apartáis de quien así implora vuestro favor: el mayor que os pido, juntamente con el que sabéis que deseo es, que me admitáis en el número de vuestros dichosos esclavos; pues como tal os quiero servir perpetuamente, y ser perpetuo esclavo de la que se llamó Esclava del Señor, cuando fue anunciada por Madre suya; y pues María quiere decir Señora, sed María siempre para mí: sed mi Señora de aquí adelante, que como mi Señora os ofrezco mi corazón, mi alma, mi cuerpo, mis pensamientos, palabras y obras ahora y en la hora de mi muerte, para lo cual me dispongo con esta escritura de mi esclavitud, que quisiera firmar con la sangre de mi corazón. Entre tanto, Señora, dispongo traer siempre conmigo la cadena de esclavo vuestro, en vuestro Sagrado Rosario rezando todos los días y celebrando entre año vuestras principales festividades: haced que así lo cumpla perfectamente, y que en mi vida y en mi muerte experimente la eficacia de vuestro poderoso patrocinio, pues Dios gusta de que todos los bienes se nos comuniquen por vuestro medio, y que el miserable pecador que no os invocare en esta vida temporal, no le goce a Él en la vida eterna. Amen.



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