Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

lunes, 5 de agosto de 2019

5 DE AGOSTO, NUESTRA MADRE DE LAS NIEVES

Nuestra Señora de las Nieves - Sevilla

En las nonas de agosto, tiempo de los máximos calores en Roma, parte del monte Esquilino quedó cubierta de nieve durante la noche. Y en la misma noche, la Madre de Dios apareció en sueños, separadamente, al Patricio Juan y su esposa comunicándoles su voluntad de que edificasen una iglesia en el lugar que viesen cubierto de nieve, y la dedicasen con el nombre de la Virgen María: en esta forma quería constituirse en heredera de sus bienes, al no tener hijos a quienes hacer herederos de sus bienes, determinaron legar su hacienda a la Santísima Virgen; por eso suplicáronla ardientemente les diese a conocer de algún modo en qué obra debían emplear su fortuna. Juan lo puso todo en conocimiento del Pontífice Liberio (352-366), quien afirmó había tenido también el mismo sueño.

Dirigióse, en consecuencia. Liberio, a la colina nevada, en procesión de Letanías, acompañado del clero y del pueblo, señalando allí el sitio que debía ocupar la iglesia que en aquel lugar se edificó, gracias a la munificencia de Juan y de su esposa. Más adelante fue restaurada por Sixto III (432-440) y dedicada a la Santísima Virgen en 432 con motivo de la definición del Concilio de Éfeso (431), que proclamó su Divina Maternidad. Designósela primeramente con varios nombres: Basílica de Liberio, de Santa María del Pesebre. Mas habiendo ya en Roma muchas otras iglesias Consagradas a la Virgen María, acabó por llamársela "Santa María la Mayor", nombre que por sí solo ya indica la preeminencia que tenía sobre las demás, por lo insólito del milagro y por su mayor dignidad.

Cada año, en memoria de la nieve que en este día cayó milagrosamente, se celebra el aniversario de su dedicación.

Del Oficio de Maitines,
del “Breviario Romano”
(Gubianas-1940)



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