¡Madre mía del Carmen, bendita seáis!, los serafines, los
santos y los justos os llenen de alabanzas, porque me habéis dado vuestro
Escapulario
|
¡Oh Virgen del Carmen, María Santísima!, que por tu
singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces
coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que
dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección,
alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y
amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber cómo
debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y
conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis
prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina
y Madre de misericordia…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.