Yo os escojo por Madre de mi alma en honor y memoria del placer que el mismo Dios tuvo al elegiros por Madre suya |
¡Oh Virgen amabilísima! Habéis
hallado gracia delante de Dios para concebir a su Divino Hijo y habéis recibido
todas las gracias, ¡oh humildísima María! para asistirnos en nuestras
necesidades, como en efecto lo hacéis. Vos ayudáis a los buenos sosteniéndolos,
y socorréis a los malos disponiéndolos a recibir la divina misericordia. Vos
protegéis a los moribundos contra las asechanzas del demonio y los amparáis aun
después de la muerte, recibiendo sus almas y conduciéndolas a la morada de los
bienaventurados, a donde os suplicamos os dignéis conducirnos a todos. Amén.
Venerable
Abad de Cilles
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.