Sí, Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra
Necesitamos de tus cuidados para no morir
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Pasa la vida, Señor, y porque precisamente se escapa sin
remedio
sentimos la necesidad de agarrarnos a Alguien permanente,
a Alguien que nunca muera
a Alguien que nos espere
a Alguien que nos ayude
Sale a nuestro encuentro, Señor, un nuevo año
Un nuevo año no exento de dificultades
Por ello mismo, Señor,
Ponemos en las manos de tu Madre
Nuestros deseos e inquietudes
Nuestra lucidez y nuestra entrega
Nuestros pasos y nuestros esfuerzos
Para que, en el mundo,
pueda brillar de una vez para siempre
La paz que vence a la guerra
El amor que se impone al odio
La esperanza que aplasta al derrotismo
Sí, Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra
Necesitamos de tus cuidados para no morir
Recurrimos a tu mano para no sucumbir
Buscamos tu mirada para ver bien
Hambreamos tu pensamiento
para pensar correctamente
Admiramos tu belleza
porque somos conscientes de que, por poco o nada,
vamos perdiendo la beldad
que se nos dio en el día de nuestro Bautismo.
Sí, Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra
consagramos este año 2016 a tu persona.
Eres pórtico de estos 365 días, recórrelos junto a
nosotros
Eres dintel de estos 12 meses
ayúdanos a ser cristianos fuertes y vigorosos
Eres huella permanente en nuestra vida
cuida de nuestra fe y de nuestra entrega
Eres estrella que se enciende en la primera noche del
nuevo año,
ilumina las sombras y las oscuridades que se abran en la
azotea de nuestra felicidad
A Ti, Virgen Santa, Madre y Virgen
consagramos todos y cada uno de los próximos días, cada
uno de los inmediatos meses
A Ti, Santa María, Madre de Dios,
elevamos nuestra oración sincera y nuestra plegaria
confiada
para que, Tú, como Madre que nos conoce y quiere
nos cuide y, un día, ruegue por nosotros
ante Dios al cual esperamos y deseamos abrazar en el
cielo.
Amén
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