Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y
su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar (Gn 3,15)
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Entrando en su presencia, dijo: —Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo. En estas palabras hay una oferta, la oferta de un
don y no un mero cumplido de cortesía. Ave, es decir, recibe gracia; no
tiembles ni te preocupes de la naturaleza. Llena, ya que en los otros
está la gracia, sobre ti vendrá toda la plenitud de la gracia
juntamente. El Señor está contigo. ¿Qué significa el Señor está en
ti? Pues que no vino con el simple deseo de hacerte una visita, sino que viene
a ti en el nuevo misterio de su nacimiento. Por eso añadió muy oportunamente: Bendita tú entre las
mujeres. Pues si en ellas la maldición de Eva castigaba las entrañas,
ahora entre ellas se goza, es honrada y acogida la bendita María. Y de esta
suerte ha venido realmente a ser por la gracia madre de los vivientes, la que
antes era por naturaleza madre de los murientes.
San Pedro Crisólogo, Sermón
140 (CCL 24B, 847-849)
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